NaturalMente2

4 n atural mente “La razónhumana puede combatir no sólo la ignorancia y la superstición sinoaspectosmás trascendentes como la tiraníay la injusticia, colaborandode formadestacada en la construccióndeun mundomejor” ¿Cómopueden ayudar los investigadores a la sociedad?Más allá de los aportes evidentesde la ciencia, FernandoValladaresnos hablade cómo lamirada científicay el pensamiento críticopueden ayudar amejorar nuestra sociedad enunmomento tan convulso como el quevivimos Posiblemente todos los que amamos nuestro trabajo pensamos que es importante y que re- sulta de gran utilidad.Yo adoro la investigación científica yme sientomuy afortunado de poder dedicarme profesionalmente a ella. Sin embargo me he cuestionado y me han cuestionado mu- chas veces la utilidad real de lo que hacemos los científicos. En estos años convulsos donde la sociedad ha sido pisoteada con algo más de saña de lo habitual por unos pocos que acapa- ran dinero y poder, las cosas han cobrado con demasiada frecuencia una perspectiva inusual y dramática. Mientras más de la mitad de los jó- venes españoles enfrentan el paro, muchos de nosotros mantenemos nuestros salarios para estudiar y entender cuestiones con frecuencia esotéricas o en el mejor de los casos con una conexión remota con los problemas de la so- ciedad.No voy a extenderme aquí sobre las vir- tudes de la ciencia básica ni entrar en el debate sobre si la investigación debe ser aplicada o si se debe primar la investigación de calidad que es la única que puede llegar a tener aplicaciones.Para ello invito al lector a que consulte alguno de los muchos editoriales y artículos publicados so- bre el tema tanto en la prensa como en revistas científicas o en blogs de conocidos intelectuales. Mi propuesta aquí es reflexionar sobre la posi- bilidad de que la actitud científica pueda prestar en si misma servicios a la sociedad. La idea no es ahondar en el finalismo de la investigación científica sino en las virtudes de una mirada científica a las gran- des cuestiones que enfrenta la humanidad, pasando por la miríada de pequeños conflic- tos y paradojas que asedian nuestro día a día. En el fondo es repasar un tema viejo y explorar hasta qué punto hay margen y oportunidad ahora para retomar el espíritu de la ilustración, el de los filósofos griegos o el de los diversos colectivos humanos que han perseguido el conocimiento y que han creído que el mero hecho de hacerlo ya supone en símismouna contribución a lahumanidad con independencia del conocimiento exacto alcanza- do en cada caso. La Ilustración, como movimiento intelectual y también científico, aunó pensadores que apoya- ban confirmezaque la razónhumanapodía com- batir no sólo la ignorancia y la superstición sino aspectos más trascendentes como la tiranía y la injusticia, colaborando de forma destacada en la construcción de unmundomejor.No debe sor- prender por tanto la gran influencia que la ilus- tración tuvo en aspectos económicos,políticos y sociales de la época. Las Sociedades Económicas deAmigos del País, que surgieron en la segunda mitad del sigloXVIII en España pretendían difun- dir el conocimiento cien- tífico y técnico y las ideas de la Ilustración para ayu- dar al País, como su nom- bre sugiere. Nacieron en el reinado de Carlos III y su protección real les confirió un papel destaca- do en el reformismo bor- bónico. Pero la Ilustración es historia, y no hablemos de los filósofos griegos.La sociedad cambia sus mi- tos y sus referencias con gran velocidad y ahora re- sultamás incierta su posi- ción ante el conocimiento y los que lo hacen avanzar. Mientras a mediados del sigloXX la confianza en, e incluso la admiración por,el conocimiento científico eramayúscula,en el siglo XXI la situación ha cambiado. Numero- sas actitudes, organizaciones, entidades, grupos y corrientes pseudocientificas han proliferado

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