NaturalMente4
1 n atural mente 4 ç sumario mediterráneas por excelencia. Hay una vieja encina y también otras jóvenes de reciente plan- tación. Pero el más espectacular en cuanto a fructificación es el símbolo del escudo de Madrid, el madroño, Arbutus unedo . En otoño se llena de racimos de flores blancas, colgantes, pequeñas y con forma de jarroncito con su borde festoneado. Esas flores son una bendición para las abejas y abejorros que están llenando sus colmenas de miel para pasar el invierno o para ase- gurar la supervivencia de la próxima generación de abejas solitarias. Pero a la vez, el madroño muestra sus preciosos frutos que van pasando de amarillos a anaranjados hasta un intenso rojo a medida que maduran. Estos frutos proceden de las flores que fueron polinizadas en otoño del año pasado. Muchas aves, algunas migrantes de paso como las currucas, acuden al madro- ño para reponer fuerzas y suponemos que hace muchos años los osos madrileños llenaban sus estómagos con madroños antes de irse a dor- mir. Los frutos del madroño son comestibles pero indigestos si se comen en gran cantidad.Y si se pasan de maduración, tienen cierto grado alcohólico, por lo que hay que consumirlos con precaución. Bajo el madroño más grande del jardín, que está en el lado izquierdo del edificio, junto a la calzada, hay otra de las especies más interesan- tes, el rusco, Ruscus aculeatus . Es un arbusto bajo, perenne y de color verde oscuro, que nos muestra unos frutos en forma de baya roja que parecen crecer en medio de sus pequeñas y pinchudas hojas. ¿Cómo es esto posible? Pues bien, lo que ocurre es que lo que a nosotros nos parecen hojas son en realidad tallos ensanchados, llamados filoclados, igual que ocurre con algunas plantas crasas adaptadas a climas duros. Las flores del rusco son muy pequeñas, apenas unos pétalos creciendo en medio del filoclado y, en consecuencia, los frutos se desarrollan en ese mismo lugar.También tienen hojas verdaderas, pero son muy pequeñas y descoloridas. En cuanto a los árboles no autóctonos, una de las joyas exóticas del jardín es el ejemplar de Ginkgo biloba que hay en el lado más cercano a la calleVitrubio. Los ginkgos son unos árboles peculiares, se les ha llamado fósiles vivientes porque datan de los orígenes de las plantas con “Una de las joyas exóticas es el ginkgo, un árbol al que se ha llamado fósil viviente porque data de los orígenes de las plantas con flor. Es la única especie viviente de su género, familia, orden y subclase” Ginkgo biloba
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy ODk0OTk=