NaturalMente5
68 n atural mente 5 ç sumario sino cualquier otro, puedan subir sus fotos a la plataforma en lugar de tener que hacerlo desde su casa.Ahora hay 80 puntos BV, que no dejan de crecer, a los que además hay que sumar otra ini- ciativa similar llamada Observatorio Ciudadano de la Biodiversidad, en la que empiezan a colabo- rar algunos ayuntamientos. También, cómo no, la plataforma cuenta con su propia App para Android y el sistema operativo IOS. Puede buscarse en el móvil como “app bv móvil”. Con ella se pueden subir las fotos direc- tamente con el teléfono. Para ello hay que tener activados los GPS del teléfono y de la cámara, para que automáticamente localice el lugar de la fotografía. Más información En determinados momentos los organizadores de BV proponen actividades para estimular la su- bida de fotos a la plataforma, como colaborar con la recogida de datos sobre especies polini- zadoras del manzano o incluso juegos como in- tentar conseguir gran número de especies en el mes de enero o una competición para lograr el mayor número de fotos de una especie propues- ta. Así no solo se consiguen más imágenes, sino que también resulta un divertimento y una forma de relación entre los colaboradores. En resumen, BV es una iniciativa en la que el ciudadano tiene la oportunidad de sentirse par- tícipe de los descubrimientos científicos y los investigadores cuentan con los datos aportados Curioso ortóptero, Saga pedo , principal protagonista de uno de los testing en el que se duplicó el número de ejemplares fotografiados hasta entonces en la plataforma. www.biodiversidadvirtual.org Chinche de los piñones, Leptoglossus occidentalis. Foto Jesús Dorda por miles de voluntarios. Más que una forma de divulgación es una forma de participación del ciudadano en la ciencia, con mayúsculas, y en particular con la naturaleza. Es algo cada vez más necesario en unos tiempos en que millones de personas sienten la necesidad de pasar parte de su tiempo al aire libre, pero no sabe encauzar esa conexión con el medio natural. Ahora que todo el mundo va cargado con su teléfono móvil y su cámara digital, los científicos tienen millo- nes de ojos repartidos como corresponsales en cualquier lugar del mundo. Datos que, de otra manera, quedarían muertos en los discos duros de los ordenadores o que nunca se llegarían a tomar por ignorar su valor n
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