NaturalMente7

20 n atural mente 7 ç sumario asfixiarla, sino que con sus especializados cani- nos superiores cortaban la tráquea y los vasos sanguíneos que riegan el cerebro, con lo que la presa moría en pocos minutos, perdiendo inclu- so la consciencia mucho antes, y dejando de ser una amenaza para su predador. Los caninos de al- gunos macairodontinos tenían incluso los bordes aserrados, para que el corte fuera más rápido y limpio. Este tipo de ataque permitió a los félidos dientes de sable reducir el coste energético de la caza y los riesgos durante la misma, convir- tiéndoles en los depredadores dominantes en los ecosistemas terrestres hasta su extinción. Además, este método de caza determinó una se- rie de cambios en el cráneo y mandíbula de los macairodontinos respecto del modelo primitivo ejemplarizado por los felinos, encaminados a lo- grar mayor apertura mandibular, mayor resisten- cia en la zona de la sínfisis mandibular (o men- tón), y más potencia en los músculos flexores de la cabeza.Así, el cráneo de los últimos félidos dientes de sable mostraba bastantes diferencias con los de leones, leopardos y jaguares, que ya estaban presentes en las faunas de aquella época. A pesar de la creencia popular de que los féli- dos dientes de sable son los antepasados de los actuales tigres y leones, ambos grupos (Machai- rodontinae y Felinae) tienen un origen común en el Oligoceno superior, hace unos 23 millones de años, cuando vivió Proailurus , el primer félido conocido. Este animal, de tamaño comparable a nuestro lince ibérico, vivió en los bosques de una Europa tropical muy diferente a la actual. Sus proporciones corporales indican que no sería un corredor, y cazaría tanto en el suelo como en los árboles. Durante el Mioceno medio, hace 16 millones de años, los descendientes de Proailurus ya habían divergido en felinos y macairodonti- nos: el pequeño Styriofelis turnauensis , de la talla de un gato silvestre, poseía caninos cortos y sin comprimir, mientras que Pseudaelurus quadriden- Reconstrucción del aspecto en vida del primer félido conocido, Proailurus lemanensis, del Oligoceno superior-Mioceno inferior de Europa. “Los cambios climáticos ocurridos a partir del Pleistoceno hicieron que la cobertura vegetal cambiara, dificultando el acecho a los félidos y complicando la coexistencia entre depredadores” Reconstrucción del aspecto en vida de Pseudaelurus quadridenta- tus , el primer macairodontino conocido, del Mioceno medio de Europa.

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