NaturalMente7

22 n atural mente 7 ç sumario megantereon y Machairodus concierne al dife- rente grado de evolución de ciertas zonas del cráneo y mandíbula.Así, mientras que algunas de ellas presentan una morfología primitiva, pareci- da a la de sus ancestros y a la de los felinos, otras áreas de su anatomía muestran un estado deri- vado, modificado respecto del modelo primitivo, que muestra de manera incipiente la morfología de los macairodontinos posteriores. De hecho, Promegantereon y Machairodus no presentan las mismas modificaciones en las mismas áreas, y por ejemplo, la mandíbula del primero es más derivada que la del segundo, mientras que los caninos de este último son más especializados, presentando un tamaño relativo mayor y unos bordes aserrados, algo que el género Promegan- tereon nunca llegó a desarrollar. La muestra de macairodontinos de Batallo- nes nos ofrece también información sobre la paleoecología de estos carnívoros. Por ejemplo, la presencia de dos félidos de la talla de Prome- gantereon y Machairodus conviviendo en la misma zona implica la existencia de suficiente cobertura vegetal como para permitir a la especie pequeña esconderse del enorme Machairodus . Esto es lo que ocurre en aquellos ecosistemas actuales en los que encontramos especies de félidos de tallas diferentes: en África los leopardos ocupan zonas cercanas a bosques de ribera, con suficientes ár- boles como para poder trepar a ellos en caso de encontrarse con los leones, y lo mismo ocurre en Asia, donde tigres y leones acabarían sin du- dar con cualquier leopardo que detectaran.Ade- más, las proporciones corporales de Promegante- reon son más robustas que las de Machairodus , lo que indica la preferencia del primero por zonas más vegetadas, en las cuales los encuentros con Machairodus serían menos probables. Así, Prome- gantereon depredaría sobre aquellos herbívoros que ocupaban zonas más vegetadas, como suidos y ciervos, mientras que Machairodus cazaría équi- dos y bóvidos. Respecto al grado de sociabilidad de estos félidos, si alguno de ellos formara ma- nadas, como los leones, la muestra de Batallones contendría individuos juveniles, que habrían se- guido a los adultos en su búsqueda de alimento, y habrían quedado atrapados también. Sin em- bargo, los juveniles están tan sólo representados por un individuo de cada especie, por lo que es muy probable que Promegantereon y Machairodus fueran solitarios, como la mayoría de los félidos actuales, en los cuales las hembras dejan a las crías escondidas cuando salen de caza. Los félidos dientes de sable de Batallones de- jaron paso a otras especies, que fueron refinan- do la morfología macairodontina, hasta llegar a los últimos representantes del grupo, Homothe- rium y Smilodon . Ambos presentan cráneos y mandíbulas muy modificados, pero mientras el primero poseyó proporciones corporales grá- ciles, con el tren posterior más corto que el anterior, Smilodon desarrolló un esqueleto post- craneal muy robusto, con extremidades cor- Una hembra de Homotherium serum con sus crías (Pleistoceno superior de Nor- teamérica) “Cazadores tan especializados acabaron desapareciendo y dejando a los felinos el trono vacante de súper- depredadores de sus ecosistemas, probablemente debido a esa especialización”

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