NaturalMente8

48 n atural mente 8 ç sumario es sólo una hipótesis, ya que no se tienen fósiles del esqueleto de los ailúridos más primitivos. En torno a hace 6 millones de años, durante el Mioceno superior-Plioceno inferior de Norteamé- rica vivió otro ailúrido algo más especializado, Pris- tinailurus , de un tamaño mayor que el de Ailurus ful- gens , en torno a 15 kg. Este animal habitó los densos bosques de robles y nogales que existían en lo que hoy es el estado de Tennessee y, por primera vez dentro de losAiluridae,había desarrollado una denti- ción adaptada a comer plantas.Además, conservaba el “falso pulgar” presente en especies más primitivas, por lo que es muy probable que lo usara para sujetar su alimento, como la especie actual. Se había pro- ducido un cambio en la función de este hueso, que había pasado de ser una ayuda para trepar, a con- vertirse en una refinada pinza que permitía a este ailúrido comer tranquilamente mientras sujetaba el alimento con su mano. Es decir, había perdido su función primaria,para desarrollar una función secun- daria, en un proceso que los paleontólogos llama- mos exaptación. Después de Pristinailurus , los fósiles conocidos de ailúridos vuelven a ser muy escasos, y sólo se conocen algunos dientes aislados,todos ellos de un animal ya muy parecido al panda rojo actual, y que ha sido bautizado como Parailurus . Tras una historia evolutiva de 25 millones de años y a pesar de haber sido un grupo con muy poca diversidad desde su origen, los ailúridos han logrado llegar a nuestros días convirtiéndo- se en uno de los carnívoros más especializados y peculiares. A este respecto, es destacable la gran cantidad de información que conocemos sobre ellos gracias a los yacimientos españoles, y cómo dicha información ha sido clave para comprender cómo apareció una de las estruc- turas más curiosas de las desarrolladas por los vertebrados: el “falso pulgar”. Sin embargo, aún quedan muchas incógnitas por conocer sobre este grupo y estamos seguros de que las exca- vaciones que llevamos a cabo los paleontólogos del MNCN aportarán nuevos fósiles que nos ayudarán a completar y entender la evolución de los ailúridos n Reconstrucción del esqueleto de Simocyon batalleri a partir de los fósiles recuperados en Bata- llones-1 (ilustración de M.Antón). Vista ventral de un cráneo de Simocyon batalleri de Batallones-1, mostrando parte de la dentición superior (foto de M. Salesa). “ Simocyon adaptó su anatomía para sobrevivir compartiendo hábitat con depredadores mucho más grandes que él como el oso Indarctos o el félido ‘dientes de sable’ Machairodus ”

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