NaturalMente8

55 n atural mente 8 ç sumario Esta dentición hizo de Magericyon uno de los anficiónidos más hipercarnívoros (con una dieta basada principalmente en carne), lo que, sumado a las características de su esqueleto y su tamaño corporal, sugiere que sería un cazador activo de hábitos terrestres. Sus capacidades locomotoras le permitirían perseguir a sus presas a lo largo de mayores distancias y más rápido que los úrsidos. Sin embargo, no es probable que Magericyon persiguiera a sus presas a lo largo de gran- des distancias, como hacen los lobos, y desarrollaría un tipo de caza al acecho, ocultándose por medio de la vegetación para acercarse lo más posible a sus presas y atacar- las por sorpresa. Este ataque se basaría en un arranque explosivo que reduciría rápidamente la distancia con la presa, a la que derribaría y suje- taría con ayuda de sus potentes extremidades torácicas, matándola por medio de profundos mordiscos en la garganta.Actualmente no existe un depredador de las caracte- rísticas morfológicas y tamaño de Magericyon , pero su modo de caza, en el que las extremi- dades torácicas participan de forma relevante, podría tener ciertas similitudes con el mo- delo de grandes félidos, como el león o el tigre. Entre los carnívoros que se encuentran en Batallones, el mayor competidor para Mage- ricyon sería el félido dientes de sable Machairodus aphanistus . Este félido, de tamaño similar a leones y tigres actuales, tendría una masa corporal pa- recida a la de Magericyon , por tanto, el rango de presas de ambos depredadores podría solapar- “Durante el Mioceno superior hubo un aumento progresivo de la aridez, lo que se tradujo en un retroceso de las zonas boscosas, que afectó notablemente a las faunas de mamíferos” Detalle de la recons- trucción del entorno del yacimiento del Cerro de los Bata- llones (Torrejón de Velasco, Madrid) con un individuo del an- ficiónido Magericyon anceps descansando en primer plano / Ilustración de Mauri- cio Antón. se. Sin embargo, Machairodus sería un depredador mucho más eficiente y con mayores capacidades para la carrera que Magericyon , mostrando, entre otras características, unos caninos marcadamente comprimidos y aserrados, y unas potentes extremidades torácicas con grandes ga- rras. Entre estos dos depre- dadores se establecería un uso diferencial de los recur- sos para reducir la competencia, como ocurre en ecosistemas actuales; así, Magericyon cazaría preferiblemente presas ligadas a zonas boscosas, como los cérvidos, y evitaría cazar en espacios abiertos, donde sería fácilmente detectado por sus posibles presas y por Machairodus , que po- dría robarle las presas e incluso matarlo. Durante el Mioceno superior, después de ha- ber sido los depredadores dominantes durante millones de años, los anficiónidos entraron en competencia con un nuevo modelo de preda- dor: los félidos dientes de sable. Así, los últimos anficiónidos como Magericyon , vivieron en un ecosistema ya dominado por estos eficientes carnívoros, estableciéndose una competencia de la que no saldrían vencedores. En Madrid, los ya- cimientos del Cerro de los Batallones nos ofre- cen la oportunidad única de abrir una ventana a ese instante concreto del pasado y observar los últimos momentos de esta fascinante familia de carnívoros n “ Amphicyon major , con una masa corporal de 200 kg, y Amphicyon ingens , que podría superar los 500 kg de peso, fueron dos de los anficiónidos de mayor tamaño”

RkJQdWJsaXNoZXIy ODk0OTk=