NaturalMente9

39 n atural mente 9 ç sumario Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu oinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es ca, etc.), dejan a los terneros pastando solos convirtiéndolos en presas muy fáciles. Frente a esta situación, hay extensas áreas de la Península donde el lobo ni está ni se le espe- ra. Allí los ungulados salvajes crecen sin control y al entrar en contacto con la cabaña ganadera, actúan como vector trasmisor de enfermedades. Según la Junta de Extremadura, el año pasado se tuvieron que sacrificar 7.526 reses por un brote de tuberculosis bovina, cada vez más extendida por el aumento de jabalíes y ciervos en la región. Comparando los datos ¿hasta qué punto es cier- to que los lobos perjudican a los ganaderos? Una vaca se enfrenta a un lobo para defender a su ternero / José Antonio de la Fuente “Hay una iniciativa que propone elaborar un censo independiente c on la colaboración ciudadana y de los actores implicados que quieran participar” Pero en condiciones normales los lobos no suelen acercarse a áreas donde el hombre está presente, no en vano es su principal enemigo. El acercamiento inusual a los rebaños se pro- duce cuando las manadas no encuentran qué comer, cuando para sobrevivir no les queda otro remedio que acercarse al terreno del hombre. En los espacios donde aún sobreviven hay presión para aumentar las áreas de pasto para el ganado. La gestión forestal, en la que solo prima la prevención de incendios y la produc- ción de madera, hace que los bosques pierdan su productividad primaria (en los pinares se elimina el matorral), dejando sin alimento a los ungulados salvajes (corzos, jabalís, cabras monteses, etc) que serían las presas naturales de los lobos. En este contexto, al que hay que añadir la mortalidad que provoca la caza de- portiva, las presas cada vez escasean más y el lobo acaba buscando comida entre animales domésticos donde además encuentra nuevas razas de ganado vacuno (limusina, charole- sa, frisona, etc.) que, frente a lo que hacen las razas autóctonas (retinta o avileña ne- gra, morucha, pirenai- “Si disminuyen su área de distribución y el tamaño de sus poblaciones la supervivencia de este animal, imprescindible para mantener la salud de nuestros ecosistemas, es más que improbable”

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