NaturalMente10

27 n atural mente 10 ç sumario Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu opinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es www.naturalmentemncn.org y arrimarte así subrepticiamente adonde está el dinero para desarrollar tu actividad taxonómica casi como si fuera un subproducto. Hoy se busca que tu investigación sea de interés o aplicación lo más general posible. Pero claro, normalmen- te hay poco de interés general en, por ejemplo, el hallazgo de una nueva especie de crustáceo en un río de Sulawesi. Hay un ejemplo que a mí me parece paradigmático. Hace unos años se descubrió una nueva familia de ranas, un nuevo grupo de anfibios alucinantes, completamente diferentes a todo lo que se conocía hasta enton- ces. Aquella investigación se publicó en Nature, pero si salió ahí fue porque la existencia de dicha familia aportaba nuevos datos sobre la antigua (y ya de sobra conocida) conexión biogeográfica entre la India y las Islas Seychelles y Madagas- car; y así se resaltaba en el título, relegando el aspecto taxonómico a un segundo plano. El des- cubrimiento de un nuevo grupo de anfibios con una morfología y forma de vida absolutamente peculiares quedó supeditado a un tema supues- tamente de “mayor interés general”. Me pareció patético. Y ¿la taxonomía no tiene nada que repro- charse? Sí, claro, hay que hacer autocrítica. Demasiado a menudo se ha trabajado atendiendo sólo a los patrones y no a los procesos, con falta de rigor y sin un marco conceptual profundo. Ese proceder superficial y simplemente descriptivo ha genera- do cierto descrédito. En parte se debe a que, al igual que en otras disciplinas como, por ejemplo, la astronomía, en taxonomía hay bastantes aficio- nados; muchos hacen un buen trabajo, pero no todos (aunque, naturalmente, eso también ocu- rre entre los profesionales). La taxonomía es una disciplina donde la mala ciencia permanece y queda registrada por razo- nes históricas. Hay una serie de reglas estableci- das por códigos internacionales de nomenclatu- ra que hay que seguir y que son tan necesarias como estrictas –demasiado, a veces–. Esto hace que los errores (o las opiniones) de algún modo permanezcan hasta que otro taxónomo los co- rrija o cuestione. Así que tenemos que dedicar un porcentaje alto de nuestro tiempo a reor- denar y rehacer lo que se ha hecho mal, o a lo que ahora, con nuevos datos y técnicas, se puede hacer mejor. No sólo se trata de levantar un edificio, sino de irlo continuamente reparan- do y remodelando, todo al mismo tiempo. Esto responde a una lógica interna, pero desde fuera muchas veces no se entiende que cambien los nombres de las especies o su ubicación en la clasificación, que lo que antes era una especie ahora resulte que son dos, y cosas así. Se puede llegar a pensar que es poco serio pero, en reali- dad, esos cambios responden a un aumento del conocimiento. En los últimos 15 años ha habido una corriente importante que trata de revalorizar la taxono- mía por medio de lo que llamamos taxonomía integradora. En realidad no es nada nuevo, sino sólo una llamada de atención sobre la necesidad de hacer la taxonomía rigurosa y sólida que las herramientas que tenemos a nuestra disposición “Estamos viendo cómo se jubilan los taxónomos y los conservadores y no hay reemplazo. Son sabios sin herederos y con ellos hay un conocimiento enorme que se pierde porque no se transmite ”

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