NaturalMente10
28 n atural mente 10 ç sumario Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu opinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es www.naturalmentemncn.org nos permiten, y sobre lo importante que es inte- grar diferentes líneas de evidencia antes de po- nernos a describir una nueva especie y situarla en su contexto evolutivo, aunque todo ello ralentice el proceso de descripción. Si toda la taxonomía se hiciera así, se perdería luego menos tiempo en enmendar errores e inconsistencias. Por otro lado, la taxonomía ha tenido muy mala estrategia de venta. Si se citara siempre a los autores que describen cada una de las espe- cies con las que se trabaja en biología, muchos taxónomos estarían entre los personajes más famosos de la ciencia. Todo el mundo sabría el nombre de quien describió la mosca del vina- gre, Drosophila melanogaster. Pero el trabajo de describir una especie pasa sin reconocimiento. La taxonomía apenas explota sus derechos de autor o sus “patentes”. En todo este contexto, ¿cuál sería el papel de los museos de historia natural? En primer lugar está, por supuesto, el papel de los museos como repositorios de las coleccio- nes científicas sobre las que se basa el trabajo taxonómico y cuyo valor es incalculable. Los museos como nuestro MNCN son los baluar- tes donde se tiene que seguir haciendo taxo- nomía (sin menoscabo de otras cosas), pero hasta eso se está perdiendo. La mala situación en Estados Unidos y algunos países de Europa es sintomática. Con este panorama ¿qué te impulsa a se- guir? El convencimiento absoluto de que lo que hago es realmente importante. He descrito decenas de especies de anfibios y reptiles de la Cuenca Amazónica, muchas de ellas endémi- cas de zonas muy concretas, lo que es suma- mente relevante para implementar políticas de conservación. Sé que mi aportación a la con- servación y al conocimiento de la diversidad biológica en la región andina, en la Amazonía, en Latinoamérica y por lo tanto en el mundo es un humilde granito de arena, pero es sus- tancial. Si yo no hubiera hecho ese trabajo ha- bría decenas de especies que seguramente no se conocerían aún, y no se podrían proteger conscientemente ni estarían en ningún libro, informe o listado de la UICN, por ejemplo. Se- ría un patrimonio que se podría perder antes de conocerlo, un drama que sin duda ocurre cada día. Y por supuesto, me satisface contri- buir a la construcción, ladrillo a ladrillo, de ese edificio que es el conocimiento de la biodiver- sidad del planeta y a entender cada vez mejor sus orígenes y evolución. ¿Qué esperas del futuro? Pues… ¡ya veremos! No soy demasiado opti- mista. Estamos quizá lejos de obtener el recono- cimiento que merece esta ciencia y que sí tuvo en el pasado. Es verdad que en países como Brasil o India ha crecido mucho el número de taxóno- mos locales porque son conscientes de que aún hay mucho por conocer en sus regiones, y eso sin duda es bueno. Pero no me parece fácil que se pueda revertir la tendencia que está debilitando las bases de una parte importante de la biología. Estamos viendo cómo se jubilan los taxónomos y los conservadores y no hay reemplazo, no se crean nuevas plazas de perfil claramente taxonómico y hay un conocimiento enorme que se pierde porque no se transmite de unos a otros.Hay muchos sabios sin herederos, pronto habrá grupos enteros de anima- les y plantas que se habrán quedado sin especialis- tas capaces de identificarlos.No se hace algo básico, que es generar escuela.Un primer paso sería que se impartiera la disciplina en las universidades, porque apenas se enseña,y eso puede ser el principio del fin. Pero puede que me equivoque. En realidad, hoy en día se describen más especies que nunca. Se- guramente, en términos relativos, la proporción de taxónomos entre los biólogos ha disminuido respecto a décadas pasadas pero, en términos ab- solutos, probablemente su número es ahora ma- yor.Y, desde luego, mucho más que la extinción de los taxónomos,me preocupa que una sola especie –la nuestra– esté arrasando la diversidad biológica del planeta.Mejor tener especies sin nombres que nombres sin especies n “Quienes trabajamos en taxonomía y sistemática aspiramos a organizar todo el mundo viviente en cajitas perfectamente ordenadas y jerarquizadas en distintas categorías”
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