NaturalMente11

69 n atural mente 11 ç sumario www.naturalmentemncn.org Álvarez Cobelas, Miguel. Hoy las ciencias ade- lantan que es una barbaridad . La vida diaria del científico en España. Ediciones Calle de las Aguas. Madrid. Dos volúmenes. 1164 páginas. (2016) Tu niña, mi cuñao, tu suegro, mi tía, el del bar, to- dos, toditos los que nos rodean piensan que un científico es esa persona subida todo el rato a la nube, dándole a la mocha y al que un buen día se le ocurre eso de “todo es relativo”. Si hasta Sara Montiel lo decía.O bien creen que es esa otra que se tiró media vida dándole vueltas con un madero a un mejunje en un caldero para luego sacar una pizquita de una cosa mu güena o mu mala, lo de la radiactividá. Sí, la mayoría de la sociedad española piensa eso de nosotros.Y que somos buenos chi- cos, que estamos todo el rato sacrificándonos por la Humanidá. Por eso, estamos valorados como una de las mejores profesiones del país, junto a los mé- dicos, según atestigua la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS publicada el 7 de agosto de 2011, por- que somos “imparciales”, no como “los políticos”. En fin, que nos tienen en una vitrina, no muy lejos de los preciosos abejarucos, esas obras maestras de los Benedito . ¿Somos así? Ah, es la pregunta del céntimo y no la voy a contestar. Lo que sí he hecho es escribir un libro gordo para contar un poco mejor nues- tra vida de todos los días. Durante ocho años he ido reuniendo materiales, haciendo cálculos y escribiendo sobre nuestras cosas: cómo traba- ¿Otro libro sobre científicos? No, por favor, que nos tenéis breaos jamos en realidad, qué problemas (intelectuales y de los otros) tenemos, qué alegrías nos da (la cosa del placer, ya sabes) y –gracias, Perales – a qué dedicamos nuestro tiempo libre.Y es que este tocho te habla de la psicología, la sociología, la cultura, las costumbres, la biografía, la historia y la política del científico indígena. Pero también habla de cómo nos ve la sociedad, o sea, tu cu- ñao y mi tía, y quiere dar la palabra al científico normal y corriente, a ese que rara vez sale en la tele a la verita de Punset . Sí, he entrevistado a unos cuarenta tipos del gremio, del CSIC, de universidades y de otros tinglados dedicados a la investigación.Y no, no solo los he entrevistado a ellos, sino también a gente de la administración pública, a esos que nos ven desde el otro lado de la barrera, a la salida de los toriles. ¿Es todo, plumilla? No, también hay datos a lar- go plazo sobre inversiones en ciencia y tecnología, gasto en proyectos, número de tesis doctorales, el asunto de la ciencia aplicada…Y como Hernán- dez y Fernández , “yo aún diría más”: hay cho- rrocientos chismorreos y anécdotas de científicos, que son la sal de la vida, según JimWatson , el del ADN, aseguraba mientras perseguía sin mucho éxito a niñas-bien por Cambridge y medio mundo. Sé, soy humano aunque a menudo no lo pa- rezca, que no tienes tiempo para leer, querida. La ciencia, el fútbol, los niños, mis padres, el fin- de guachi, no te dejan, querido. Por eso, porque he escrito este libro para ti más que para mí, tiene muchos capítulos, cortitos en su mayoría, para hacértelo más fácil.Te lo puedes leer a sal- titos. Les puedes leer trocitos a tus niños antes de acostarlos. Intento aburrir poco. ¡Anímate! A lo mejor te pasa como con el de aquel autor, ¿cómo se llamaba?, si lo tengo en la punta de la lengua… n Miguel Álvarez Cobelas

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