NaturalMente13

20 n atural mente 13 ç sumario www.naturalmentemncn.org Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu opinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es En humanos hay dos formas básicas de leishmaniasis, cutánea y visceral. La pri- mera, aunque tiende a la curación espontánea, deja secuelas importantes. La visce- ral si no se trata evoluciona a la muerte. Esta leishmaniasis visceral se llama tam- bién ‘kala-azar’, un término hindi que se refiere a la pigmentación más oscura de la piel que sufren algunos pacientes. Los enfermos tratados suelen curar sin secuelas, pero un porcentaje alto desarrolla un sarpullido cutáneo llamado leishmaniasis dérmica post-kala-azar (PKDL), cuyas lesiones están cargadas de parásitos y por tanto juegan un papel esencial en la transmisión. La leishmaniasis es una enferme- dad ligada a la pobreza, generalmente de transmisión rural, que afecta a los segmentos más desfavorecidos sin voz política. El género Leishmania se incluye dentro del reino de los Proto- zoa, reino que tiene una complejidad enorme, equivalente al rei- no Animal oVegetal. Son, en palabras del biólogo Cavalier-Smith, “los predadores más abundantes de la tierra”. Los hay de vida libre y parásitos, como el organismo que nos ocupa. Leishmania es una célula con flagelo cuando está en el insecto que lo trasmi- te (dípteros chupadores de sangre de la familia Phlebotominae), y con esta forma se le denomina ‘promastigote’. El promastigote se multiplica en el tubo digestivo de la hembra del flebótomo para ser inoculado en grandes cantidades al alimentarse. Cuando se produce la picadura, el insecto inocula saliva que atrae a las cé- lulas macrófagas del sistema inmunitario, y Leishmania se instala dentro de ellas, en una vacuola –especie de ‘laguna vallada’ dentro de la célula macrófaga–, donde pier- de el flagelo y el ‘pro’, denominándose ‘amastigote’. En este estadio de ‘amastigote’, el parásito concentra toda su batería de genes en sintetizar antígenos de superficie que le van a permitir resistir el ambiente hostil de la vacuola.Allí se multiplica hasta hacer estallar al macrófago de manera tal que los numerosos amastigotes quedan libres para invadir nuevos macrófagos. La ineficacia del macrófago para controlar la leishmania sis visceral hace que el parásito vaya invadiendo todos aquellos órganos donde hay más cé- lulas del sistema reticuloendotelial (sistema encargado de defender al or- ganismo formado por macrófagos y otras células del sistema inmunitario dedicados a protegerlo de parásitos y a la eliminación de residuos celulares), como el bazo, hígado y médula ósea. Sin tratamiento, los enfermos van a evolucionar lentamente con inflamación y deterioro grave de esos órganos, además de una marcada pérdida de peso, hasta la muerte. Por el contrario, en la leishmaniasis cutánea, la intensa batalla entre el macrófago y el parásito se traduce en una reacción local inflamatoria que desemboca en una úlcera cutánea que pierde su costra y deja un fondo de color rojo intenso y unos rebordes elevados a modo de cráter. Sin tratamiento, al cabo de semanas la respuesta inmune se impone y empieza a cerrarse la lesión dejando una cicatriz que puede desfigurar y causar un gran estigma y segregación social. Como se ha dicho, si no ha habido tratamiento adecua- do y dependiendo de la especie de Leishmania , puede aparecer reactivación de la úlcera (leishmaniasis recidi- vante) o migrar los parásitos que hayan quedado vivos hacia los tejidos blandos de la orofaringe para destruir- los pasado cierto tiempo (leishmaniasis mucocutánea). Una veintena de especies del género Leishmania son capaces de producir leishmaniasis. Se pueden clasificar en dos grandes grupos por sus implicaciones epidemio- lógicas: las de origen antroponótico que cierran el ciclo “humano (reservorio) flebótomo humano”, y las de ori- gen zoonótico que responden al ciclo “animal vertebra- do no humano (reservorio) flebótomo humano”.Los in- sectos vectores son dípteros pertenecientes a la subfamilia Phlebotominae : los flebótomos y las lutzomyias, las primeras en el Viejo Mundo y las segundas en el Nuevo Mundo. Se suele generalizar y denominar a todos flebótomos. El hecho de que Leishmania y el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) tengan al macrófago como célula diana, hace que el efecto sinérgico ‘‘Ella nos suplicaba perdón a nosotros, a su hijo, a Alá … y mientras se recostaba en la cama, cerraba los ojos y comenzaba a gemir. Cuando tratamos de sujetarla sentada me dijo ‘madre, me estoy muriendo, me estoy muriendo’. Se derrumbó en mi regazo. Le pusimos agua en la cara y rezamos Doa Durud *…’’ * Testimonio de una madre que había perdido a su hija por kala-azar, recogido durante una autopsia verbal en Mymensingh, Bangladesh “Cada año se infectan en el mundo alrededor de un millón de personas que son ignoradas por pertenecer a los segmentos sociales más desfavorecidos”

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