NaturalMente17

60 n atural mente 17 ç sumario www.naturalmentemncn.org Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu opinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es tiempo y en el espacio, deberíamos ir hasta los primeros humanos para encontrar el extremo inicial. En las sociedades cazadoras recolectoras, las mujeres debieron conocer muy bien el entor- no en el que vivían. La necesidad de alimentarse a sí mismas y a sus hijos tuvo que ser un potente motor de investigación. Pero además hay otra ca- racterística biológica de las mujeres que influiría también de manera sobresaliente para acentuar su interés en la observación de lo que les rodea- ba y que es otro de los motores infalibles detrás de la ciencia: la medida del tiempo. Las mujeres tienen en sus propios cuerpos un calendario: la menstruación. La regla permite la medida del tiempo. Los embarazos y la necesidad de saber cuándo llegaban a término también debieron ac- tuar como impulsores para aprender a contar el paso de los días. Para hacer eso la naturaleza ofrecía, y ofrece, un recurso impagable: el cielo. Desde el principio de la ciencia, las mujeres han estado presentes en todas las disciplinas colaborando con los pequeños hechos científicos cotidianos sin los que la ciencia no existiría. En las imágenes una paleontóloga, una técnica de laboratorio y a la derecha una investigadora del MNCN. / Xiomara Cantera y Prensa CSIC “Las primeras científicas cuyo nombre conocemos practicaron la astronomía, pero las hay que, además de al cielo, miran al suelo y lo que hay entre ambos” manidad desde el principio. Eso también es hacer ciencia. Ha habido astrónomas, muchas. El hilo rodea a miles de ellas anónimas y a algunas con nombre, precisamente las primeras científicas cuya iden- tidad ha pervivido practicaron la astronomía. La filósofa y matemática griega Hipatia; la estudio- sa de eclipses Aglaonice; Sophia Brahe; Caroline Herschel; Maria Kirch; Annie Jump Cannon; Ida Barney que estudió la posición de 150.000 estre- llas; Maria Cunitz; Louise du Pierry; Mina Fleming; Antonia Maury; Maria Mitchel; Cecilia Payne; Maria Assumpció Català, la primera astrónoma profesional en España; Margaret Geller;Vera Ru- bin o Jocelyn Bell son solo unos pocos de esos nombres que conocemos. Pero el hilo no rodea solo a las que miraron y miran el cielo, también a las que miran al suelo Así que en aquellas sociedades cazadoras reco- lectoras, la medida del tiempo y el conocimiento del entorno debieron ser hechos femeninos. Y eso es hacer ciencia. Las mujeres practicaron la medicina desde el inicio de los tiempos. Sobre eso no hay ninguna duda. Nuestro hilo uniría a las cazadoras reco- lectoras con las cientos de miles de sanadoras, curanderas y parteras que han cuidado a la hu-

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