NaturalMente18

3 n atural mente 18 ç sumario www.naturalmentemncn.org Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu opinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es Un campamento para explorar “Cada verano las familias nos vemos obligadas a cuadrar un complejo puzle: el de las vacaciones” “¿Mamá hacemos un volcán? Los volcanes es por donde sale la lava que hay en el centro de la Tierra, mamá, y allí hace mucho calor.Y sabes qué, que a veces la costra de la Tierra se mueve y deja que salga el fuego que tiene dentro”. Así me sorprendió mi hija de seis años hace un par de semanas. Os podéis imaginar mi cara de asombro cuando la escuché desarrollando una idea que, a priori, a mi me parecía demasiado compleja para una niña de 3º de Infantil. Traté de pensar en cómo demonios se puede hacer un volcán en casa y de borrar de mi cara la ex- presión de sorpresa. Porque estaba realmente sorprendida. En el colegio no han trabajado nada parecido a volcanes ni terremotos y no creo que las conversaciones de sus ídolos audiovisuales (Peppa Pig, Bob Esponja, Lady Bug o Ben y Holly) traten sobre la composición del planeta. Segui- mos caminando hacia el parque más cercano, yo pensando en cómo organizar la siguiente semana y ella parándose en cada árbol, mirando hojas y, por supuesto, tratando de coger todos y cada uno de los objetos que se encontraba tirados, desde hojas hasta colillas de cigarrillos. Mi hija, como cualquier niño de esa edad, es capaz de mostrar interés por todo. La idea de las vacaciones de verano pasó fugaz- mente por mi cabeza y, de pronto, caí. ¡El cam- pamento del Museo! Claro, ahí es donde le han hablado de la lava, del centro de la Tierra, de la corteza terrestre y de muchas cosas más. El año pasado fue el primero que disfrutamos, sí, disfru- tamos toda la familia, de 15 días de campamento urbano del Museo Nacional de Ciencias Natura- les. La experiencia fue muy enriquecedora. Cada día traía un trabajo nuevo, una ballena pintada, una caja llena de fósiles, una cartulina con rastros de diferentes animales dibujados, un océano en una botella… O con una petición para llevar cosas de lo más variopintas: una cá- mara de fotos, un disfraz marino, una moneda de 5 céntimos, unas hojas de nuestras macetas… Cada verano, las familias en las que ambos pro- genitores trabajan nos vemos obligados a cua- drar un complejo puzle: el del verano. Nuestros hijos suelen disfrutar de dos meses y medio de vacaciones, además de la Semana Santa, las navi- dades, los puentes… Encajar las fechas si uno no cuenta con familiares o amigos de los que tirar, es complicado y muchas veces muy estresante. De ahí que los campamentos urbanos sean un recurso casi imprescindible para conciliar la vida laboral y familiar. Más allá de un lugar seguro donde dejar a tus hijos, el año pasado descubrí que en el Museo de Ciencias ofrecen una gama de actividades educa- tivas muy acertadas. Pero sobre todo lograron que mi hija lo pasara muy bien, al tiempo que estimulaban su curiosidad y ganas de aprender. Este año lleva desde el mes de abril preguntado si va a volver al museo en verano. ¿Se puede pedir más? Carmen Guerrero

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