NaturalMente 20

41 n atural mente 20 ç sumario Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu opinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es Se cumplen dos siglos de la publicación de Frankenstein o el moderno Prometeo, la novela más conocida de Mary Shelley, que dio origen a un mito que sigue hoy muy presente en la cultura occidental. Antonio G. Valdecasas hace unas reflexiones que nos recuerdan la excepcional actualidad que siguen teniendo los planteamientos de esta obra maestra de la literatura universal. Doscientos años después de que la criatura se perdiera “…en la oscuridad y la distancia” de los hielos árticos, sigue viva y errante en los vericue- tos de la cultura universal. De todos es sabido que el Dr.Víctor Frankens- tein da vida a una criatura a semejanza de la na- turaleza humana. Como tal, ésta busca cariño y compañía, pero su presunta condición mons- truosa, hace que se le niegue. Ese rechazo pro- vocará su venganza sobre los seres queridos del Dr. Frankenstein que, a su vez, muere en su per- secución. El ser es una quimera construida de muchos cadáveres. La película más famosa de Frankens- tein (que no la primera) simplificó su creación, cambiando un cerebro a otro cuerpo, y ha sen- tado un precedente que suprime otras sugeren- cias sobre su naturaleza implícitas en la novela. Tradicionalmente se ha vinculado el método de infundir el ‘hálito vital’ a la criatura con las expe- riencias eléctricas de Giovanni Aldini , el sobrino de Luigi Galvani . Sin embargo, lo cierto es que la breve descripción de ‘acoplamiento’ de materia- les anatómicos dados por Víctor tiene mucho más que ver con el Dr. John Hunter . Este famoso anatomista era contemporáneo del poeta Samuel Taylor Coleridge , que lo conocía muy bien y, sin duda, informó de sus trabajos a Percy B. Shelley , que siempre estuvo muy interesado en la ciencia y fue mentor de la autora, su mujer, Mary She- lley, en estas materias. Porque la criatura es una quimera no sólo en lo físico sino también en lo emocional, algo que ahora nos costaría menos reconocer, si aceptamos que, en no poca medida, ‘ el cuerpo da forma a la mente ’ . Gran parte de ese mundo emocional, todavía es terra incogni- ta. Asunto nada baladí. Aunque se sabe bastante sobre los ‘miembros fantasmas’, ya sean manos o piernas, presentes en los sentidos de las per- sonas que sufren alguna mutilación ‘como mar- cadores somáticos’ aun cuando ya no estén en las personas que han sufrido amputaciones, no tenemos respuesta para saber qué emociones pueden surgir cuando tu cuerpo está lleno de costurones, suturas e injertos de diferentes per- sonas. Tiffany Watt Smith ha tenido que recurrir a diferentes idiomas para encontrar ciento cin- cuenta y seis palabras que ‘señalaran’ emociones humanas diferentes y que reúne en su libro The book of human emotions .Porque de lo que no tie- ne nombre es difícil hablar (¡e incluso pensar!) Y ese es otro de los problemas del engendro.Víc- tor nunca le puso nombre, a sabiendas que esto era un castigo adicional para su creación. La criatura es racional por un lado y emocio- nal por otro. Esa es una de las contraposiciones que se encuentra en la obra de Mary Shelley (aunque ambos aspectos no siempre tengan que Retrato de Mary Shelley realizado por Richard Rothwell/Wikimedia Commons

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