NaturalMente 21

10 n atural mente 21 ç sumario www.naturalmentemncn.org Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu opinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es Había nacido en Madrid el 9 de noviembre de 1850. Desde niño le fascinó la naturaleza y gusta- ba de salir al campo en busca de plantas, insectos y minerales. Cuando tuvo que elegir carrera, ob- viamente, escogió Ciencias Naturales, lo que sus padres no veían con tan buenos ojos, por lo que hubo de matricularse también en Derecho. Llama la atención que muchos naturalistas españoles de Ignacio Bolívar Urrutia no solo fue un biólogo de fama internacional en el ámbito de la entomología, sino un decidido impulsor de la investigación científica y la renovación pedagógica. También demostró ser un gestor capaz y resolutivo, muy influyente en la política científica de su tiempo. Bajo su dirección, el Museo de Ciencias Naturales recuperó el esplendor que había tenido en sus inicios. Su prestigio fue equivalente al de Santiago Ramón y Cajal. De algún modo, su vida condensa la historia de una época convulsa y difícil, pero también esperanzadora. la época también optaran por esta última carrera, quizás para asegurarse el porvenir en un país en el que se valora poco la ciencia. Entre los años 1867 y 1870 entra en contac- to con el Museo y con el Real Jardín Botánico, donde se cursaban muchas de las asignaturas de la Sección de Naturales de la Facultad de Cien- cias. Siendo aún estudiante, en 1871, fue uno de los 14 socios fundadores de la Sociedad Española de Historia Natural; de su grado de compromiso da fe el que fuera nombrado vicesecretario de la misma. Su afición por la entomología y, parti- cularmente por los ortópteros (saltamontes, lan- gostas, grillos…), le llevó a especializarse en este grupo, en el que llegó a ser uno de los mayores expertos mundiales. Por aquel entonces trabajaba de voluntario en el Museo y en 1875 obtuvo una plaza de ayudan- te de Zoología, ocupándose resueltamente de incrementar y revisar las colecciones entomoló- gicas, en una época en la que el Museo atravesa- ba una situación de abandono y decadencia. Solo dos años después, en 1877, ingresó por oposición como catedrático de Animales Articulados (Ar- trópodos) de la Universidad Central de Madrid, donde desarrollaría su labor docente durante cuarenta y tres años, hasta su jubilación, convir- tiéndose en maestro de maestros. “Fue uno de los 14 socios fundadores de la Sociedad Española de Historia Natural. Su afición por los ortópteros (saltamontes, langostas, grillos) le convirtió en uno de los mayores expertos mundiales de este grupo” “Como presidente de la JAE, Bolívar mejoró sensiblemente las condiciones del museo al conceder recursos para mantener los laboratorios, adquirir colecciones y emprender estudios científicos, y lo más importante, conseguir al fin en 1910 una sede digna” Hay que recordar que en aquella época la Fa- cultad de Ciencias y el Museo estaban estrecha- mente unidos, de modo que este último estaba gobernado por una Junta de profesores, presidida por el rector de la Universidad. Su ingreso en la citada junta, le permitió participar activamente en la gestión del Museo, así como mejorar las colec- ciones de entomología y demás artrópodos, que estaban a su cargo. Pero el interés de Bolívar iba más allá de las colecciones: lo que le preocupaba era la ciencia, la buena ciencia.Y esa, difícilmente podía hacerse sin una buena biblioteca, con libros modernos, donde

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