NaturalMente 21

22 n atural mente 21 ç sumario www.naturalmentemncn.org Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu opinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es Átomos, moléculas de carbono, celulosa, proteínas… El enorme y complejo mundo de los seres vivos se sustenta sobre diminutas partículas a las que solemos prestar poca atención. Sumérgete en el universo de lo diminuto, ese que hace posible que la Tierra esté poblada por millones de seres vivos diferentes. La historia del universo es la crónica de una persistente búsqueda del equilibrio; y la vida es el capítulo más extraordinario que jamás haya concebido este inestable universo. Mas, siendo la vida un evento fabuloso, con demasiada frecuen- cia nos dejamos obnubilar por la magnificencia macroscópica de los seres vivos: la belleza y complejidad de los organismos, la heterogenei- dad de sus comportamientos, su capacidad de adaptación a innumerables y cambiantes condi- ciones…, sin percatarnos de que la vida misma tiene su germen en lo invisible. Escapando de nuestra percepción, inevitablemente ignoramos que los quarks y los electrones, los átomos y las moléculas, y todas las fuerzas que se establecen y se disipan constituyen la fuente primigenia en- gendradora de la vida. Cierto que esta es mucho más compleja que las minúsculas partículas que la conforman, y que posee características que es- tán ausentes en sus constituyentes; pero no es menos evidente que todas las propiedades que hacen de la vida un evento singular emanan de sus microscópicos componentes. De modo que si pretendemos aunque solo sea intuir el miste- rio que rodea la vida deberemos empezar, nece- sariamente, por conocer la materia con la que se ha modelado. La vida,de igual modo que todo lo que nos rodea, está constituida por materia, pero perfectamente pudo no haber sido así. Hace aproximadamente 4.500 millones de años, tras ese evento creador del espacio y del tiempo que conocemos como Big-Bang, comenzó una “lucha” entre las partícu- las de la materia y de la antimateria que, tras mu- chas horas de pelis de StarWars , mi cerebro recrea como una batalla de las fuerzas del bien contra las del lado oscuro. Los electrones y los quarks son las partículas más pequeñas de la materia, que al encontrarse cara a cara con sus antipartículas de antimateria (los positrones y los antiquarks) se destruyen en un fogonazo. El universo en formación poseía una ligera asi- metría a favor de las partículas de materia que decantó la balanza hacia los quarks y los electro- nes. La victoria de la materia marcó el inicio de una muy fructífera carrera en busca del equilibrio en la que todavía anda envuelto nuestro universo. En primer lugar, los quarks se estabilizaron aso- ciándose de tres en tres, gracias a la actuación de un tipo de fuerza conocida como ‘nuclear fuerte’, y al hacerlo nacieron los protones y los neutro- nes. Los protones son partículas con carga posi- tiva, de modo que ya sea de forma individual o agrupándose con los neutrones, atrajeron a los electrones de carga negativa. La fuerza electro- magnética de atracción se encargó de unir el nú- cleo positivo con el electrón negativo, dando no solo toda la razón al dicho de que los extremos se atraen, sino además originando el primer áto- mo. Solo átomos muy sencillos como el hidróge- no (formado por un protón y un electrón) y el helio (dos protones, dos neutrones y dos elec- trones) aparecieron instantes después del Big- Bang. Los otros átomos que conocemos, hasta A la izquierda aparece representado un protón, for- mado por la asociación de dos quarks up (u) y un quark down (d). A la derecha se representa un neu- trón, constituido por un quark up (u) y dos quarks down (d). “Si pretendemos, aunque solo sea intuir el misterio que rodea la vida deberemos empezar, necesariamente, por conocer la materia con la que se ha modelado”

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