NaturalMente 23

43 n atural mente 23 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente “Las rutas migratorias normalmente convergen en ciertos puntos de paso donde el coste es menor, es decir donde hay más posibilidades de supervivencia” Distribución modelada de cría (amarillo) e invernada (azul) del vencejo común, Apus apus , en el presente (izquierda) y durante el Último Máximo Glaciar. Raquel Ponti pista sobre el comportamiento de estas aves. Lo que encontraron fue que las áreas de cría de estas especies (Europa), se vieron confinadas a latitudes más bajas concentrándose mayoritariamente en la Cuenca del Mediterráneo. Por otro lado, las áreas de invernada (África), apenas se vieron afectadas por estos cambios climáticos. Esto nos sugiere que las aves migratorias transaharianas continua- ron migrando durante el Último Máximo Glaciar, aunque las migraciones eran más cortas que las actuales. La diferencia entre el efecto de las glacia- ciones en las aves americanas y las afro-europeas reside en que Norteamérica estaba en gran parte cubierta de hielo, mientras que la capa de hielo que cubría Europa no era tan extensa, con su lími- te en Centroeuropa, dejando todo el Mediterrá- neo con hábitats disponibles para la cría. Por otro lado,los fósiles europeas de aves migra- torias del Pleistoceno que se encontraron en las bases de datos están localizadas en áreas cercanas al Mediterráneo, lo que confirma la coherencia de los modelos de distribución realizados. Sin embar- go, el yacimiento que más información aportó al estudio fue el de Olduvai Gorge, situado en Tan- zania. Lo que tiene en particular este yacimien- to, es que se encontraron hasta 5.000 individuos de fósiles de la familia Scolopacidae (una familia diversa de aves costeras pequeñas y medianas), cuyas especies realizan las mayores migraciones que existen.Además, ninguno de estos individuos presentaron hueso medular. El hueso medular es un tipo de hueso más denso que aparece cuando las aves están criando, esto nos indica que todas estas aves estaban invernando en Tanzania y, por tanto, que eran migratorias. Migración en el Antiguo Egipto Por lo que hemos visto hasta ahora, parece ser que durante el Pleistoceno las aves transaharianas migraban distancias más cortas. En el presente es- tas especies son capaces de viajar hasta latitudes más norteñas para criar, recorriendo distancias mucho más largas, y manteniendo sus distribucio- nes de invernada en áreas subsaharianas. Pero… ¿Hubo especies que en el pasado fueron transaharianas y que hoy en día no lo son? ¿Es posi- ble que haya especies que hayan reducido su distan- cia migratoria en vez de aumentarla? En la búsque- da de fósiles del Pleistoceno, la gran sorpresa llegó cuando se encontraron restos fósiles de anátidas, como el cisne y el ánsar careto. Estos fósiles se en- contraron en yacimientos deTanzania, mientras que hoy en día su distribución de invernada no llega a cruzar el Mediterráneo, limitándose a Eurasia. Pero lo más fascinante, es que hasta no hace mucho tiem- po estas aves llegaban a África. Esto nos lo muestran diferentes pinturas del Antiguo Egipto, datadas hace alrededor de 6.000 años a.C, donde aparecen ánsa- res y barnaclas representadas en tumbas,como la de Nefermaet e Itet. No cabe duda de que los fascinantes viajes de las aves migratorias están sujetos a las condiciones ambientales del momento.Ahora nos queda saber qué ocurrirá en un futuro bajo el calentamiento global que estamos experimentando y que pare- ce que provocará un aumento generalizado de las temperaturas. Al igual que en el pasado, lo más probable es que haya especies que aumenten sus distancias migratorias y otras que decidan dejar de migrar. De hecho, no hay que ir tan lejos para ver como algunas cigüeñas han decidido hacerse residentes permanentes en nuestra Península Ibé- rica, abandonando (quién sabe si temporalmente), su pasaporte en un cajón n

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