NaturalMente 23

50 n atural mente 23 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Vivimos en un mundo cambiante al que la especie humana lleva adaptándose miles de años. La era geológica en la que nos encontramos, el Antropoceno, se caracteriza por que las acciones de los seres humanos están afectando y acelerando esos cambios que forman la historia del planeta Tierra. Una de las características del ser humano es su capacidad de adaptación a los cambios que le rodean pero, ¿cómo se están adaptando otras especies al Cambio global? Eso explicó Martí March Salas en su intervención en las últimas Jornadas de investigación que se celebraron en el MNCN. El cambio climático ya no es sólo algo que “predican” los científicos, sino que es perceptible y notorio por todos a lo largo del año, llegando incluso a alterar ciertos aspectos de nuestro día a día. Por supuesto, afecta a los ecosistemas, a sus organismos y a los cultivos, y, por ende, de nuevo también a nosotros. Sin embargo, cuando alguien nombra “cambio climático”, inmediata- mente viene a nuestra mente un cambio en las condiciones medias, que es el efecto del actual calentamiento global. En otras palabras, incre- mentos de las temperaturas, menos lluvias y se- quías más prolongadas. Sin embargo, el cambio climático no es solo eso. El cambio climático está llevando a unas condiciones ambientales cada vez más variables y, sobre todo, más imprede- cibles. El clima se vuelve más incierto, cada vez las primaveras y otoños (el ya famoso “veroño”) se disipan más rápido, y las lluvias y nevadas o los cambios de temperatura aparecen repenti- namente, pudiendo estropear nuestros cultivos y, por qué no decirlo, hasta nuestras vacaciones. Así, los refranes han quedado obsoletos. Pero la cuestión más relevante llega cuando esto puede afectar a las especies. ¿Serán capaces los organis- mos (especialmente las plantas) de hacer frente a estas condiciones? ¿Qué estrategias utilizarían para ello? Nuestros experimentos serían un gran punto de partida para dar respuesta a estas pre- guntas, que tan relevantes son para salvaguardar nuestros cultivos y ecosistemas. Un campo de maiz hela- do, una de las posibles consecuencias en cultivos de un clima poco predecible. Ejemplo gráfico de una precipitación altamente predecible (A) y otra poco predeci- ble (B) pero con idéntica precipitación media en ambos casos (representada por la línea gris). / Martí March Salas

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