NaturalMente 23

69 n atural mente 23 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Todos hemos tenido contacto, aunque sea de refilón, con la Tabla Periódica de los Elementos Químicos: una serie de cuadrantes apilados de forma asimétrica que, en algún momento, leímos sin saber siquiera por dónde empezar, siguiéndola con el dedo a través de sus filas y columnas. De esta forma resulta complicado ver lo que representa más allá de un intrincado laberinto de sílabas inconexas. Este año, por el 150 aniversario de su formulación, más que nunca, nos preguntamos ¿qué es la Tabla Periódica? Quizá, definir la tabla periódica como una he- rramienta gráfica donde se representan todos los elementos organizados según el orden cre- ciente de sus números atómicos y otras propie- dades, no sea suficiente para entender del todo qué es y para qué sirve. Si queremos dar respuesta a estos interrogan- tes, debemos hacer un recorrido a lo largo de su historia y conocer el proceso que ha permi- tido su formulación. Desde comprender las du- das que rondaban las cabezas de los científicos y sociedades del pasado, hasta interpretar las respuestas que poco a poco fueron surgiendo, gracias a la técnica y la experiencia, y que han confeccionado el conocimiento que a día de hoy tenemos sobre los elementos químicos. En los albores de la antigua Grecia surgió la idea de que toda la materia, la que compone y es- tructura los pilares de la realidad misma, había de tener un límite. Este límite, representaría la pieza fundamental para la construcción y configuración del universo. En torno al s. IV a.C, las corrien- tes atomistas de la época, acuñaron por primera vez el término átomo (sin-división). Pero en esta época, se trataba de dar explicación a los fenóme- nos químicos a través de la alquimia, una doctrina que se basaba en creencias esotéricas y estudios experimentales sobre los componentes de la na- turaleza. No fue hasta el siglo XVII que Robert Boyle, el químico escéptico, modernizó los mé- todos alquímicos y estableció algunas bases de la química tal y como la conocemos hoy. Introdujo la experimentación en los métodos científicos de análisis, algo controvertida por entonces, y defi- nió como elementos a aquellos cuerpos simples que conforman los cuerpos compuestos. Años más tarde, Antoine Lavoisier impulsó en la misma línea el concepto de elemento como sustancia indivisible, en su ‘Tratado elemental de química’.Toda una serie de obras que dieron pie a una transformación de la academia.Aquella fue la que se terminó conociendo como la Primera Revolución Química. Un consenso histórico A partir de entonces, la sociedad científica ex- perimentó una época de exploración y revela- ción, en la que se describieron múltiples elemen- tos con propiedades muy variadas.. El uranio de los reactores y armas nucleares. El titanio de las prótesis y submarinos. El cromo de las pinturas antioxidantes. El potasio y el sodio, como elementos esenciales para la vida. El calcio de los huesos. El boro usado en vidrios y esmal- tes. El yodo presente en algas marinas. El litio de las baterías o el silicio de la microelectrónica. “La visión sistémica de Mendeleyev es la que le permitió establecer la primera versión de la tabla periódica con 63 elementos, y predecir las propiedades de muchos, antes de ser descubiertos” Los científicos que se dedicaban a trabajar con los elementos químicos, trataban de entender y clasificar sus propiedades en busca de un criterio universal que facilitase su ordenación, al tiempo que se descubrían nuevos elementos con carac- terísticas diferentes. Durante este periodo, grandes exponentes de la ciencia establecieron hipótesis y principios so- bre la naturaleza de las sustancias químicas y la propia materia en sí. Surgieron figuras como Dal- ton, Gay-Lussac, Kekulé o Cannizzaro, que influ-

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