NaturalMente 24

83 n atural mente 24 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente 2 te sean infusorios u otros. No obstante… Más que nunca, se puede decir que vivimos en un océano de información. Si nos restringimos al ámbito de lo que denominamos ciencia, la cifra de artículos científicos en inglés y en revistas indexa- das publicada anualmente ronda alrededor de los 3 millones (STM Report 2018). A eso habría que añadir todos los soportes ‘mediáticos’ que trasmi- ten alguno de esos contenidos científicos. Partici- pamos de ese metabolismo cognitivo, sin necesa- riamente digerir por igual los contenidos: salvo en nuestra especialidad científica (si es que practica- mos alguna), somos puros legos receptivos. Mucho de lo que se hace en ciencia carece de interés inmediato para nosotros. Podemos ser aficionados a la cosmología, e interesarnos por la polémica sobre la hipotética existencia de univer- sos paralelos, materia interesante para sobreme- sas veraniegas. O enfrentarnos a decidir nuestro voto si leemos un estudio donde se afirma que la pena de muerte disminuye los asesinatos. En este último caso, la dicotomía es asumir pasivamen- te lo que los noticiarios nos trasmiten o adoptar una estrategia activa que analice críticamente esa información. Para esto último es ineludible que acudamos al propio artículo científico sobre el que se basa la noticia. ¿Merece la pena este esfuerzo? La respuesta es sí, cuando el asunto nos afecta directamente o nos produce dudas ‘existenciales’ acerca de la razón de nuestro comportamiento. Habrá que tener en cuenta, sin embargo: a)El rigor en los datos y el análisis de resulta- dos, eso que llamamos deontología y parece que falta en parte de lo que se publica en re- vistas académicas, b) El tamaño y procedencia de la muestra uti- lizada por el/los autores y los conflictos de intereses, importantes, por ejemplo, en los trabajos subvencionados por las compañías farmacéuticas, c) La legitimidad de la revista en la que se ha pu- blicado el artículo. Hay revistas más rigurosas y otras menos; además, recientemente han surgido las que se denominan en el ámbito de la ciencia “revistas predadoras”, que publi- carán cualquier cosa, con tal de que pagues por ello. d) El cientificismo como extrapolación e hipér- bole de las interpretaciones más allá de lo que permiten los datos, e) La politización de la ciencia, muy presente actualmente en la polémica sobre el cambio climático, y f) La comparación con otros estudios realiza- dos o posibles réplicas del mismo, entre otras. Lagartijas y humanos ¿Es posible que lagartijas y humanos compar- tamos patrones de selección de pareja equiva- lentes? Pudiera ser, pero el trabajo de Tyson y cols. sobre Tinder aquí analizado no aporta un resultado concluyente, así que la pregunta sigue pendiente. Mucho antes que Tinder se pusiera de moda, una parte importante de la población occidental había adoptado comportamientos que claramen- te se podrían asimilar a pautas comunes con la- gartijas. No había más que visitar durante los días soleados de verano las playas del litoral medite- rráneo y contabilizar la cantidad de compatriotas tostándose al sol. Una idea del papel de la provi- tamina D en la evolución del calcio en nuestros huesos, que puede que no sea muy diferente al metabolismo de las lagartijas, podría dar paso a alguna hipótesis sugerente del mantenimiento de este comportamiento desde nuestro ancestro común. O no. (Gracias a Azucena L. Márquez y L.Vaticón por las sugerencias.) Referencias Johnson, R., Watkinson, A., & Mabe, M. (2018). STM Re- port 2018. (S. Association, Ed.), STM Report 2018. Cambridge University Press. https://doi.org/10.1017/ CBO9781107415324.004 “El tamaño y procedencia de la muestra utilizada, la legitimidad de la revista que publica la investigación o el rigor en la toma de datos determinan la fiabilidad de las investigaciones”

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