NaturalMente 27

21 n atural mente 27 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Cuando tuvo oportunidad, se instaló en París porque gracias a la Revolución francesa, el papel de la Iglesia católica había disminuido y los cien- tíficos en Francia ya no estaban sujetos al canon religioso y las creencias ortodoxas. Allí podían experimentar y especular libres de prejuicios, poner en duda todas las cosas. Era allí donde los Cuvier o Lamarck estaban rompiendo las barre- ras del pensamiento científico. También daba especial relevancia a lo que hoy conocemos como divulgación científica. Que- ría escribir libros más generales y baratos que explicaran su nueva visión de la naturaleza a un público más amplio. Mezclaba disciplinas que hoy mucha gente considera que son estancas como el arte, la literatura y la ciencia. Cuadros de la naturaleza, uno de sus libros que inspiró a varias generaciones de científicos y poetas, combina el rigor científico con el lirismo, demostrando la influencia que podía tener la naturaleza en la imaginación humana: “La naturaleza establece una comunicación misteriosa con nuestros sen- timientos más íntimos”, decía. La naturaleza y la humanidad “El hombre puede actuar sobre la naturaleza y apoderarse de sus fuerzas para utilizarlas solo si comprende sus leyes. La humanidad tiene el poder de destruir el entorno y si lo hace las con- secuencias serán catastróficas”, avisó. En sus reflexiones, que compartió con perso- nas como Thomas Jefferson, tercer presidente de Estados Unidos, o Simón Bolivar, una de las figuras más destacadas de la emancipación hispa- noamericana frente al Imperio español, hablaba de naturaleza, ecología, poder imperial y política y los relacionaba entre sí. Criticaba el reparto injusto de tierras, los monocultivos, la violencia contra los grupos trivales y las condiciones de trabajo de los indígenas. Era antiesclavista y res- petaba profundamente la cultura de los pueblos nativos. Estaba convencido de que todos los pro- blemas en las colonias eran consecuencia de las políticas de gobiernos basados en la inmoralidad. Un discurso que sigue siendo válido si lo aplica- mos a la situación que se vive en la sociedad glo- bal actual. Hablando de los indígenas de la améri- ca colonial decía:“Obligados a comprar artículos sobrevaluados a los administradores coloniales, los trabajadores se ven arrastrados a una espiral de deuda y dependencia” En Ensayo político sobre el reino de la nueva Es- paña entretejió observaciones sobre geografía, plantas, conflictos raciales y las consecuencias medioambientales. Los tomos mostraban con claridad varios argumentos: el colonialismo era desastroso para la gente y el medioambiente; la sociedad colonial estaba basada en las des- igualdades; los indígenas no eran ni bárbaros ni salvajes; los colonos estaban tan dotados para los descubrimientos científicos, el arte y la artesanía como los europeos; y el futuro de Sudamérica dependía de la agricultura de sub- sistencia y no de los monocultivos y la mine- ría. El poder imperial explotaba las colonias en busca de materias primas y de paso destruía el medioambiente. ¿No suena tremendamente familiar? En definitiva, Humboldt fue una persona ade- lantada a su tiempo. Tanto en su vida personal, nunca ocultó su preferencia por la compañía masculina, como en sus estudios científicos. La mayor parte de sus teorías han sido confirmadas según ha avanzado el conocimiento científico y sus vaticinios acerca de los efectos sobre la natu- raleza de una forma de vivir basada en la avaricia, también. Lamentablemente hoy seguimos tenien- do que demostrar lo evidente ante noticias falsas y creencias que, en demasiadas ocasiones, se ba- san en intereses epurios en lugar de en hechos comprobables. Es triste que todos recordemos a personajes de la historia como Musolini o Stalin, pero hayamos olvidado a otros como Humboldt. Por eso es más necesario que nunca dedicarle un día internacional como el 14 de septiembre para que recordemos todo lo que hizoAlexander von Humboldt n “El hombre puede actuar sobre la naturaleza y apoderarse de sus fuerzas para utilizarlas solo si comprende sus leyes. La humanidad tiene el poder de destruir el entorno y si lo hace las consecuencias serán catastróficas”

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