NaturalMente 27

27 n atural mente 27 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Actualmente la disponibilidad de información pública sobre biodiversidad es enorme y su uso en los campos de la macroecología y la biogeo- grafía se ha extendido en las últimas décadas. Si hay una iniciativa que destaca en este sentido es la red mundial de bases de datos ‘ Global Biodi- versity Information Facility ’ (GBIF), que contie- ne más de 1.400 millones de registros sobre la presencia de seres vivos a nivel mundial (a día 1 de junio de 2020, GBIF contiene 1.417.296.021 registros). Los datos recogidos en esta plataforma ofre- cen la posibilidad de mejorar el conocimiento en cuestiones macroecológicas, plantear preguntas a gran escala o predecir la distribución de espe- cies ante los escenarios de cambio global, pero también pueden influir en la gestión y conserva- ción de las especies. Sin embargo, su uso plantea un gran reto, ya que debemos manejar de mane- ¿Alguna vez te has preguntado cómo se sabe cuántos cangrejos hay en la cuenca mediterránea o qué especies viven en una zona determinada? Estos datos se conocen a partir de los muestreos de campo. La comunidad científica comparte los datos que se obtienen para hacer análisis desde diferentes puntos de vista. Para iniciar una investigación, el primer paso debe ser conocer la calidad y cantidad de información disponible para abordar el tema elegido. En este caso Cristina Ronquillo nos explica cuánto se sabe sobre la distribución de los musgos ibéricos y cómo mejorar la información aportada por los investigadores. ra eficaz las limitaciones que afectan tanto a la calidad y fiabilidad de sus registros como al nivel de información que cubren. Como ya estableció Lomolino (2004) , nuestro conocimiento sobre las distribuciones geográ- ficas de las especies es todavía incompleto (el conocido déficitWallaceano), por ello es necesa- rio evaluar la cobertura espacial que nos ofrecen estos portales. Debido al patrón desigual en el esfuerzo de muestreo en espacio y tiempo, que además varía entre grupos taxonómicos, puede haber oculto aún un gran desconocimiento. Al- gunos grupos como los musgos han sido consi- derados, en este sentido, en rara ocasión y por ello nos propusimos el objetivo de cuantificar el conocimiento de su información disponible en la península ibérica, así como identificar los sesgos que pudiera presentar. El primer paso imprescindible en este proceso consiste en la limpieza, corrección y validación de la información geoespacial, taxonómica y de la fe- cha de registro disponible. Con ello se consiguen filtrar solo aquellos datos que cumplan con unos niveles adecuados de calidad y fiabilidad y, a la vez, destacar los principales problemas que presentan Musgos de la península ibérica fotografiados por Carlos Antón Martínez

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