NaturalMente 32
27 n atural mente 32 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Diciembre 2021 los que más llamó su atención fue el del anciano José Hernández Lorenzo, quizá el único que pudo describir de visu el principio de la erupción. El catedrático anotó su relato con todo lujo de detalles: “El volcán Chinyero reventó por la parte arriba de las calderas.Nosotros estábamos a 300 metros de donde reven- tó, y las arenas nos caían encima. Eran las dos y media y yo estaba haciendo un trillo, y sentía temblar la tierra bajo mis pies.Dio una vez un berrido, que yo miré hacia el cielo porque me pareció como si pasaran por encima muchas palomas revolando…” La erupción dio lugar a una gran cantidad de lava. El cono que se generó al- canzó los 80 metros de altura y las coladas algo más de cuatro kilómetros de recorrido. Los observadores no coincidían en el número de bocas por las que el volcán arrojaba sus materiales, aunque todos declararon que muy pronto la actividad se concentró en las tres centrales. El carácter de las explosiones du- rante la erupción fue estromboliano, con la proyección al espacio de lavas muy fragmentadas, acompañadas de escasos vapores y poco densos. El testimonio fotográfico resultó de gran utilidad en la investigación. La memoria de la erupción se publicó en 1911 y en ella se describe en detalle y de manera cronológica, la evolución y los fenómenos de la misma, desde los precursores sísmicos hasta el recorrido y características de las lavas. Fernán- dez Navarro analizó la fase residual, cartografió las lenguas de lava y conos, y muestreó los materiales arrojados.También reflejó todos los parámetros físicos y químicos propios de una erupción volcánica y una descripción petrológica de los materiales recogidos, ilustrada con fotografías microscópicas de las muestras más representativas. El estudio fue calificado de ejemplar, pues tomó incluso muestras de los sublimados de las fumarolas que analizó un amigo suyo, el quí- mico Ángel del Campo, que en aquellas fechas era auxiliar de Análisis Químicos en la Universidad Central. Durante su estancia enTenerife, Fernández Navarro recogió numerosos ejem- plares de lavas, escorias, lapillis, bombas volcánicas, productos de sublimación, rocas eruptivas, augita y olivino cristalizados, hasta llenar 19 cajas con un peso de 378 kg que se depositaron en el MNCN. Al parecer, la erupción no representó una seria amenaza para la población, aunque en los pueblos próximos al volcán, especialmente en el valle de Santia- go, la alarma generada fue considerable. Las pérdidas materiales, en opinión de Fernández Navarro, fueron tan insignificantes que no merecían tenerse en “El volcán reventó por la parte arriba de las calderas y las arenas nos caían encima. Estaba haciendo un trillo y sentía temblar la tierra bajo mis pies. Dió una vez un berrido, que yo miré porque me pareció como si pasaran por encima muchas palomas revolando…” Los geólogos Eduardo Hernández Pacheco y Lucas Fernández Navarro en su des- pacho en el Museo. Foto:Archivo MNCN, sig.ACN004/001/08764.
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