NaturalMente 35

8 n atural mente 35 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Septiembre 2022 y superar el verano con éxito. Es más, si obser- vamos los individuos sedentarios, vemos que en sus zonas sigue habiendo una gran productividad vegetal en verano, por lo que permanecer en su territorio no supone perder calidad del hábitat. Por tanto, es probable que la migración parcial se deba a un factor ambiental, debido al mecanismo de adaptación a la abundancia de alimento en ve- rano en las distintas zonas. Las hubaras que migraron se desplazaron fun- damentalmente a cuatro zonas, una de las cuales fue seleccionada por más de la mitad de los indi- viduos migradores. Esta zona se caracteriza por presentar un mosaico de vegetación natural con parcelas cultivadas y no cultivadas, con mayor extensión de barbechos y cultivos de regadío que en las otras zonas. Un lugar donde en época seca no solo encuentran el alimento necesario, sino también zonas de refugio. Lo llamativo de esto es que ninguna de esas zonas de verano estaba protegida, lo que conlleva que se realizan muchas actividades que perjudican el hábitat de la hubara e incluso la construcción de infraes- tructuras que no solo fragmentan su hábitat, sino que pueden conllevar la muerte del indi- viduo, como los parques eólicos. No proteger zonas donde sabemos que pasan la mayor parte del tiempo puede conllevar un uso indebido de estas zonas y un grave perjuicio para la especie. Si a ello añadimos que la mayoría de los vue- los se realizan en horario nocturno, el riesgo de mortalidad de esta subespecie es aún mayor. La avutarda hubara no solo está globalmente amenazada, sino que además presenta una gran vulnerabilidad a la colisión con tendidos eléctri- cos y telefónicos durante la migración (más aun realizándola de noche), por lo que se expone a grandes riesgos, sobre los que se debe actuar para evitar un mayor declive de la población. Un soterramiento de los tendidos eléctricos y tele- fónicos en las áreas de distribución de la especie y en las rutas de migración y de dispersión, así como la protección de las zonas no reproducti- vas conocidas podría mejorar la conservación de esta subespecie y garantizar que podamos seguir disfrutando de su presencia en las islas, donde, además de correr mucho viento, hay mucha bio- diversidad que se debe conservar. Agradecimientos En el trabajo han participado Juan C. Alonso, Carlos Palacín, Alberto Ucero y José Manuel Álvarez-Martínez. El proyecto, realizado a ins- tancias de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, ha sido financiado por Red Eléctrica de España y se puede acceder a la publicación científica aquí n Todas las zonas no reproductivas de los individuos de avutarda hubara migradores se encuentran fue- ra de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en la isla de Lanzarote (zonas con trama gris). Se muestran las localizaciones modales de cada indivi- duo (puntos negros) y las áreas de campeo (en rojo) para las cuatro áreas no reproductivas utilizadas por las hubaras: N= norte, E = este, C= la principal área no reproductiva en el centro de la isla, y S = sur. “El marcaje con emisores con GPS y acelerómetros ha permitido registrar la actividad de la hubara canaria. Un sistema que nos permite conocer dónde está y el comportamiento que está realizando en cada momento” “Un soterramiento de los tendidos eléctricos en las áreas de distribución y rutas de migración y dispersión de la especie podría mejorar la conservación de la hubara canaria”

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