NaturalMente 37
11 n atural mente 37 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Marzo 2023 la naturaleza y por su carácter inquieto y travie- so, ya destacaba en él su gran capacidad para la pintura, a pesar de que su padre, Justo Ramón, no viera futuro a esta profesión y quisiera que fuera médico como él.Tras llegar ambos a un trato, es- tudió medicina en Zaragoza a la vez que recibía clases de pintura perfeccionando sus trazos con excelentes dibujos anatómicos como los que se pueden observar en el museo. Además, durante su juventud, también tuvo tiempo para el depor- te, la fotografía, así como para la escritura de li- bros de divulgación científica. Algunas de estas pasiones se recogen en el museo con imágenes de él como un Adonis, tal como él mismo se llamaba por sus pectorales monstruosos, junto con fotografías a color que podían haber hecho temblar a la misma empre- sa Kodak y libros para el público general como Cuentos de Vacaciones o Charlas de Café, entre otros. También inventó uno de los primeros fo- nógrafos, aparato con el que grababa las voces de sus hijos y que también puede verse en la expo- sición.Además de todo esto, destacó por ser un gran docente e investigador presidiendo la Junta de Ampliación de Estudios y formando toda una escuela de científicos y científicas, aunque éstas se conocen menos, que destacaron también por sus grandes descubrimientos. En su escuela de histología española cabe mencionar otros gran- des investigadores como Pío del Río Hortega y su microglía, o Nicolás Achúcarro y sus aporta- ciones al campo de las células gliales, entre otros. No obstante, no todo en la vida de D. Santiago Ramón y Cajal fue trabajo, sino que también tuvo tiempo para la vida social y el amor. En cuanto a la primera, y en Valencia donde obtuvo su pri- mera cátedra de Anatomía, pertenecía al Gaster Club, grupo de amigos que se reunían en torno a la buena gastronomía valenciana a hablar so- bre arte y ciencia, únicos temas permitidos. En Barcelona, segundo lugar al que se trasladó tras obtener la cátedra de Histología, no tuvo mu- cho tiempo para la vida social dado que fue el lugar en el que más se centró en sus estudios histológicos y, finalmente, en Madrid, huía de las tentaciones de esta peligrosísima ciudad para el provinciano llena de tertulias, cafés, y arte. En cuanto al amor, Ramón y Cajal no era tan afor- tunado en su juventud y él mismo decía que las “Su mujer Silveria Fañanás fue una MUJER con mayúsculas que acompañó a nuestro premio Nobel a lo largo de toda su vida siendo su apoyo incondicional tanto en el plano personal como científico” Una caja con algunas de las preparaciones histológicas de Ramón y Cajal Retrato de Silveria Fañanas junto a su esposo, el Doc- tor Santiago Ramón y Cajal
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