NaturalMente 38

7 n atural mente 38 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Junio 2023 paces de retener el agua de las lluvias sino que, por el contrario, la infiltran permitiendo que se recargue el acuífero sobre el que se encuentra el parque. Gracias a la proximidad de las aguas subterráneas, cuando tras caer las lluvias se va rellenando el acuífero, las aguas subterráneas llegan a alcanzar el fondo de las lagunas, comen- zando entonces el periodo de inundación, que se prolonga con la continuidad de las lluvias has- ta que las altas temperaturas y evaporación pro- ducen su desecación, que ocurre normalmente en verano. Es decir, las lagunas de Doñana exis- ten porque las alimentan las aguas del acuífero sobre el que se encuentran. Su conservación Imagen de la la- guna de El Pato inundada en mayo de 2011 (arriba) y su si- tuación en 2022 (abajo), seca e invadida por pi- nos y matorral. Foto: Carmen Díaz-Paniagua/ EBD-CSIC “En los 70 se promovió el turismo y en los 80 comenzó la transformación agrícola. Desde 1988 los informes y publicaciones científicas ya revelaban la preocupación por la conservación del acuífero y recomendaban la reducción de las extracciones” depende, esencialmente, de que los niveles de las aguas subterráneas se mantengan lo suficiente- mente próximos a la superficie como para que la elevación, que produce la recarga de las lluvias, llegue a inundar las lagunas y se mantengan el tiempo suficiente para que las especies comple- ten sus ciclos biológicos. El acuífero de Doñana tiene una gran extensión, su superficie ocupa más de 2700 km 2 , mucho mayor que la extensión del parque nacional y el área protegida, de 1285 km 2 . Todo tipo de captaciones de aguas subterráneas que se realicen en el área que cubre el acuífero, incrementa la profundidad a la que se encuentra la capa freática, afectando directamente a las la- gunas de Doñana, y no solo a las lagunas, sino a todo el manto eólico o arenoso y a las especies que lo habitan. Por eso, el acuífero de Doñana está muy vigilado y sus extracciones deben estar controladas. Desde mediados del siglo XX, se han produci- do grandes transformaciones alrededor de Do- ñana. En la década de los 70 se promovió tanto el turismo de playa, como el desarrollo agrícola en áreas colindantes con el parque, todas ellas con captaciones de aguas subterráneas para su mantenimiento y explotación. En esta década se construyeron las urbanizaciones de Mazagón y Matalascañas. Esta última es colindante con el parque, y sus bombas para la extracción de aguas están situadas muy cerca de las mayores lagunas de Doñana y han llegado a causar la desecación de las más próximas. La primera de ellas, la lagu- na del Brezo, comenzó a secarse ya en 1976 y, al- rededor del año 2000, ya se apreciaba el inicio de la desecación del Charco del Toro. Ambas lagu- nas se encuentran actualmente completamente secas y cubiertas de matorral y pinos. Posterior- mente, la desecación está alcanzando también a las grandes lagunas del Zahillo y del Taraje, así como a un buen número de pequeñas lagunas

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