NaturalMente 39

23 n atural mente 39 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Septiembre 2023 Naturalmente, cualquier cavidad del esquele- to puede someterse al mismo proceso, lo que permite reconstruir con un protocolo similar los senos craneales, que pueden ser muy exten- sos en ciertos arcosaurios. Técnicas afines a las empleadas en paleoneurología digital se pueden utilizar también para reconstruir tejidos blandos no cerebrales. Por ejemplo, es posible realizar una reconstrucción digital de la musculatura es- quelética. En este caso, no es necesario que el escaneo de la estructura ósea estudiada sea ob- tenido por medio de un TC. Un escaneo super- ficial (mucho más fácil de obtener utilizando, por ejemplo, un escáner portátil o incluso una buena cámara digital) sería más que suficiente. El grado en que los músculos dejan marcas sobre las es- tructuras óseas es muy variable, pero en general, la relación entre estos dos sistemas no es tan íntima como en el caso del cerebro. Por lo tanto, el conocimiento de la anatomía deberá subsanar la falta de marcas físicas en el material escanea- do para reducir al mínimo las especulaciones y licencias artísticas. Sin entrar en más detalles, las técnicas digitales también pueden utilizarse para reconstruir modelos virtuales de organismos en- teros, lo que permite, por ejemplo, explorar sus habilidades locomotoras. Así como en La Visión del Valle de los Huesos Secos (Ezequiel 37:3), tex- to del Antiguo Testamento que inspira el título de este artículo, el paleontólogo podría decir de los huesos fósiles: “Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida y así revivirán”. La irrupción y generalización de los métodos digitales en la investigación paleontológica ha transformado nuestra indagación de los orga- nismos extintos. En última instancia, aspiramos a que estos avances permitan no solo la recons- trucción virtual de plantas o animales individua- les, sino también la recreación de sus entornos, generando “paleo-mundos” completos mediante simulaciones computarizadas. Ahora más que nunca, el paleontólogo, verdadero demiurgo de mundos pretéritos, debe ser polifacético, aunan- do el conocimiento de las prácticas tradicionales con las técnicas digitales. En este sentido, podríamos preguntarnos qué aportará la Inteligencia Artificial, un avance que despierta tantas esperanzas como temores en la actualidad, a este campo de investigación. Se- guramente, facilitará el preprocesamiento de los datos brutos y el proceso de segmentación, pero su contribución sin duda será muchísimo más amplia. Usando las palabras de Edward, el per- sonaje principal de la novela pleistocena de Roy Lewis Por qué me comí a mi padre , sus “posibilida- des son estupendas”. Sin embargo, a pesar de la potencia de las técnicas digitales, el fósil perma- nece como la piedra angular en el trabajo de re- construcción de los seres vivos que el ser huma- no nunca pudo observar directamente.Así pues, la esencia del trabajo del paleontólogo siempre recaerá en la observación de especímenes origi- nales, cuya existencia se subordina al trabajo de campo. El uso de técnicas cada vez más potentes no sustituye el ojo agudo del naturalista, sino que lo complementa n Endocast craneal de Proa valdearinnoensis comparti- mentado en distintas regiones funcionales principales. “La irrupción y generalización de los métodos digitales en la investigación paleontológica ha transformado nuestra indagación de los organismos extintos”

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