NaturalMente 40

40 Diciembre 2023  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete Atravesar las puertas de un museo de historia natural produce muchas sensaciones. A veces una sacudida, un tirón hacia atrás como si alguien te arrastrara hacia el pasado. Otras, estupefacción y respeto al admirar las inmóviles figuras naturalizadas que custodian los pasillos. Muy frecuentemente, un cosquilleo en algún rincón del cerebro, impulsado por el deseo de conocer las historias que encierran sus paredes y ejemplares. ¿Y qué mejor contador de historias que un libro? ¿Y qué mejor almacén de libros que una librería? En este artículo nos acercamos a un rincón muy especial con mucha historia e identidad propia, la librería del museo, de la mano de uno de sus moradores, Américo Cerqueira. En el Museo Nacional de Ciencias Naturales no solo las piezas tienen cosas que contar. Avanzando entre aves de múltiples colores, elefantes y cebras, llegamos a la sección de especies en peligro de extinción, donde se encuentra un espacio que recuerda a los gabinetes de curiosidades del siglo XVII, pero con cierto aire a cabaña, como la que habitaría Emerson cerca del lago Walden. Se trata de Megaterio, la librería del Museo. Estanterías de madera y cristal, y objetos de decoración que llaman la atención al momento han sido testigos de los sucesos acaecidos en el Museo. Tras el mostrador o, más bien, moviéndose de un lado a otro ordenando o charlando con algún cliente, una mente inquieta y figura digna de su profesión: Américo Cerqueira, el librero del Museo. Américo –comienzo, tras aceptar amablemente contarme la historia de la tienda– ¿Cómo y cuándo se creó la librería? Hay que remontarse mucho tiempo atrás. La primera librería del Museo nació allá por el año 89 cuando Pere Alberch fue elegido director de la institución. Las mejoras y cambios del edificio llevados a cabo en esa época les llevó a abrir una tienda-librería. Inicialmente, la concesión fue al servicio bibliográfico Linneo, que todavía existe, adjunto a la mítica revista Quercus. Teresa Vicente y Benigno Varillas, los dueños del servicio en aquel entonces, me contrataron como librero. A mí me gustaba mucho leer, la naturaleza y además estaba estudiando Biología. Así que, en las navidades del 90, comencé a trabajar en la librería del Museo, coincidiendo con una gran exposición sobre dinosaurios, Dinosaurios: monstruos fantásticos animales conocidos, que fue un éxito. Vino mucha gente, trabajamos mucho. Cuando vi que aquello crecía sugerí contratar a más gente, y fue entonces cuando entró mi compañera Carmen Mateo y otros compañeros que ya no están. Tiempo después, ambos decidimos montar nuestro propio negocio y el 16 de marzo de 1996 se abrió la librería con el nuevo nombre, La tienda del Museo Nacional de Ciencias Naturales S.L. En el 2000, con motivo de la exposición Atapuerca: nuestros antecesores, decidimos montar la tienda de madera que podéis ver hoy en día. Fue una inversión muy grande, pero está muy bien hecha. ¿Quién pensó el diseño de la tienda? Cuando creamos la tienda quería un espacio que imitara al Real Gabinete y, de hecho, heredamos algunos muebles de aquella época. Pero también necesitaba algo sencillo pero hecho con precisión, que pudiera moverse de manera mecánica para poder cambiarlo de sitio, que fuera reversible, con aspecto antiguo pero muy funcional. También debía tener zonas muy delimitadas para mostrar los distintos ámbitos de la ciencia: la botánica, la zoología, la paleontología, la mineralogía etc. Con el paso del tiempo ha demostrado que funciona a la perfección. Decidimos que esta librería del edificio de Biología tuviera más objetos bonitos y la de Geología, que es una tienda más sobria y funcional, albergara toda la geología, la mineralogía, productos para público infantil, etc. ¿Cómo ha ido cambiando el contenido de lo que vendéis en la tienda? Tenemos que dar preponderancia a artículos que provienen del Museo como libros, merchandising, objetos, los catálogos que se generan de las exposiciones, etc. Sin embargo, con el tiempo nos hemos dado cuenta de que hay otras temáticas relacionadas que son Américo con Emiliano Aguirre. / Américo Cerqueira muy atractivas como el darwinismo, la historia de las teorías de la evolución, la historia de la ciencia, el libro extranjero, las guías de identificación de especies de animales y plantas, etc. La botánica también ocupa un lugar importante pues no queda ninguna librería en España que tenga un fondo bibliográfico sobre botánica de tanta calidad como el nuestro. También observamos y tuvimos en cuenta el incremento del interés por la paleontología, tanto los dinosaurios como la paleontología humana, especialmente después del descubrimiento de Atapuerca que dejó una señal indeleble. Este tema a mí me interesa mucho personalmente. También los artículos relacionados con la arqueología que, aunque se aleja un poco de las ciencias naturales, tuvieron mucho éxito especialmente con la exposición de Arte y Naturaleza en la Prehistoria. La colección de calcos del MNCN. Una cosa muy curiosa es que creo que en los 30 años que llevo trabajando aquí nunca me he equivocado con un libro, todo ha sido bien acogido, y en esto me apoyan mucho mis compañeras Carmen Mateo y Teresa Sarriá 62 63

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