NaturalMente 41

Los pueblos aborígenes: adaptación y supervivencia Los pueblos aborígenes son los originarios de un determinado territorio, donde han vivido por un tiempo prolongado y desarrollado su cultura, que mantienen viva. Se denominan también pueblos autóctonos, indígenas o nativos. Actualmente existen cerca de 400 millones de aborígenes en el mundo, repartidos por todos los continentes, incluida Europa, donde subsiste en el lejano norte, en tierras de Laponia, el pueblo sami. Su existencia se ha visto profundamente transformada por su contacto con la civilización moderna, pero muchos viven aún de acuerdo a los principios de su cultura y sus tradiciones ancestrales o se esfuerzan en hacerlo. La vida de estos pueblos se desarrolla en plena naturaleza, de la que dependen por entero para subsistir. En consecuencia, han adquirido un amplio conocimiento del mundo natural, del que obtienen todo lo que necesitan y también los elementos que nutren sus creencias y mitos y configuran su cosmovisión. ¿Culturas primitivas? Sólo pueden considerarse así desde los patrones de una civilización, la nuestra, que en su vertiginoso crecimiento, para bien y para mal, no sólo ha perdido contacto con el medio natural, al cual ha degradado hasta extremos suicidas, sino que ha empezado a cuestionar la propia esencia de ser humano. Los pueblos aborígenes son, en relación a su contexto, un ejemplo de cómo nuestra especie es capaz de sobreponerse a todos los obstáculos y hallar soluciones creativas y geniales a los problemas más variados. Todos ellos han desarrollado técnicas y han creado instrumentos, utensilios y armas que les permiten cazar, construir sus viviendas, trasladarse y explotar los recursos a su alcance. Veremos aquí unos pocos ejemplos, que expresan esta perfecta adecuación al medio. En torno al Ártico, en la región de Canadá, habitan los inuit (llamados en otro tiempo esquimales), un pueblo que ha sabido sobrevivir en un medio extremadamente hostil, donde el hielo forma parte del paisaje la mayor parte del año. Esta supervivencia la han logrado gracias a su talento para crear todo tipo de innovaciones técnicas. Así, el kayak y el trineo tirado por perros, para sus desplazamientos en agua o tierra, respectivamente, o las raquetas de nieve. También las gafas de hueso, de ranura estrecha, para amortiguar la intensa reflexión del hielo, el arpón de punta móvil y la técnica para elaborar prendas de pieles de zorro ártico o caribú. O el iglú, la vivienda construida con bloques de hielo en cuyo interior la temperatura puede alcanzar 40º C más que en el exterior. Los pueblos autóctonos norteamericanos crearon centenares de culturas diferentes y otras tantas lenguas. Muchos de ellos desaparecieron ante el imparable avance blanco durante la expansión de los Estados Unidos. Otros han subsistido, reducidos dramáticamente en número y en la extensión de sus territorios. Algunos, como los iroqueses, ocupaban originariamente la región boscosa, de bosques caducifolios, situada entre Canadá y Estados Unidos, en la zona de los Grandes Lagos, explotando los recursos forestales, obteniendo pieles de numerosos animales, como los castores, y también cultivando determinados vegetales, entre ellos el girasol. Utilizaban la corteza de Familia inuit en King Island en 1906 / National Geographic, 1917 Los pueblos aborígenes se encuentran acosados hoy por el mundo moderno. Presiones políticas, geoestratégicas y económicas amenazan sus culturas y la propia supervivencia de sus poblaciones 41 Marzo 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete 32 33

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