NaturalMente 41

41 Marzo 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete zación de la producción de alimentos con el maltrato animal y la destrucción de los ecosistemas que conlleva, la contaminación de los acuíferos, la reducción de los puestos de trabajo asociados y el aumento de los problemas que sufren las regiones despobladas del país. Las macroindustrias logran beneficio por dos partes ya que juegan con las mismas reglas, sí, pero ni el precio de la carne y la leche que producen refleja el daño ambiental que causan ni la ganadería extensiva ve reflejados en su economía los beneficios que aporta. Es vital que dejemos de favorecer a las grandes industrias en detrimento de las pequeñas empresas agroganaderas, porque las segundas son las que generan empleo, evitan la despoblación y favorecen la sostenibilidad ambiental. Y es que, igual que hay enormes diferencias entre podar una zona boscosa y deforestarla, el impacto de un rebaño de mil ovejas que pastan no es comparable al de una granja donde miles de ejemplares permanecen estabulados dejando de realizar los servicios asociados al pastoreo y provocando un gasto excesivo de agua, energía y medicamentos. Una primera medida para revertir esta situación debería ser trabajar en el etiquetado para que los consumidores sepan el origen de la carne que compran y si perjudica o favorece la biodiversidad, porque cada vez hay más personas que se preocupan por el origen de los alimentos y productos que consumen. En segundo lugar, es hora de revisar el modelo de consumo para que los precios reflejen los costes sociales, ambientales y de salud pública que provocan las macrogranjas. Porque si tenemos en cuenta los efectos ambientales que tienen las distintas formas de criar animales, nos daremos cuenta de lo cara que nos está saliendo esa carne industrial que se vende tan barata en las grandes superficies. Tanto tiempo anteponiendo lo urbano y desarrollando políticas que fomentan el abandono rural, han calado en la sociedad, donde parece que está institucionalizado que quienes se quedan en el campo son aquellos que no sirven para nada más. Los centros urbanos siguen siendo el lugar deseado, lo único que parece que está bien para vivir, el objetivo que persigue la mayoría de la población, pero ¿es un deseo real o solo nos dejamos llevar por la mayoría, como hacen las ovejas? El rebaño de la familia Alonso Moreno, casi un millar de ovejas que pastan diariamente en el entorno de Ayllón, Segovia / Zape fotógrafo Quienes viven en los pueblos de regiones como Zamora, Teruel o Soria son conscientes de que un pueblo que pierde a sus pastores se enfrenta, además de a la consabida despoblación, a la matorralización de las áreas circundantes y la pérdida de los caminos 48 49

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