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n
atural
mente3
El nombre científico
Macroglossum stella-
tarum
se debe a su larga lengua. Sonma-
riposas deuna familia típica denocturnas,
esfíngidos,pero esta especie vuela duran-
para los preliminares.A la caída de la tarde,
cuando las sombras empiezan a cubrir las
flores, se apaga el fogoso temperamento
deestas abejas,queno tienennada de zán-
ganos pero ya se disponen a dormir.Y lo
hacen de una manera bien curiosa, se po-
san en el tallo o en una hojita de la lavan-
da, lomuerden y repliegan las patas contra
su cuerpo quedando todo él en vilo, sólo
sujeto por las mandíbulas.Vistos de lejos
parecen una flormarchita.
Anthydium
durmiendo sujeto con susmandíbulas en un tallo de lavanda.
Pareja de abejas
Anthydium
en cópula.
“Algunosde los coches
traen en suparrilla
delanteraun sustancioso
botín: insectos
atropellados. Parece que
lasavispas lo saben”
“Los insectospermiten
lavidade lasaves
urbanas, lagartijasy
salamanquesas, que
repartensu jornadaendía
ynocheparanocompetir”
te el día y durante todo el año, incluso en
pleno invierno puede verse en las flores
de jardines y balcones.
Una especie de rayo amarillo y negro ha
pasado zumbando y ha asustado a la ma-
riposa. Parece una avispa, pero es un tipo
de abeja solitaria,
Anthidium
, posiblemente
A. florentinum
, que tiene especial predi-
lección por las flores de lavanda y cuyos
machos establecen territorios en ellas.No
dejan de sobrevolar el espacio de un par
de metros cuadrados en continua disputa
conotrosmachos vecinos que sedesarro-
lla con muchos zumbidos intimidatorios.
Otros insectos también son atacados de
esamanera,como leocurrió a lamariposa
colibrí.Cuandouna hembra llega a libar de
las flores no se andan con muchos mira-
mientos, en cuanto ella se posa, después
del episodio de violencia,viene el de sexo
y se lanzan a la cópula sin un momento
Sonmuchosmás los insectos que sehan
cruzado en mi camino en este corto pa-
seo, otras mariposas, abejas de miel que
quien sabe dónde tendrán su colmena,
moscas que imitan a las abejas, algún que
otro saltamontes,escarabajos…Es impre-
sionante cómo encuentran sus hábitats en
esta gran urbe.Además ellos permiten la
vida de diversas especies de aves urbanas.
Y también de lagartijas y salamanquesas
que reparten su jornada en día y noche
para no competir.Todos tienen que esqui-
var a los gatos, los superdepredadores de
este doméstico bosque.
NM
