NaturalMente16

Cuentos científicos: pinta lo que escuchas Lee atentamente la historia de Gafotas de bucear y dibuja después a su protagonista*. Es posible que te sorprenda descubrir luego cómo era la persona que se esconde tras este personaje. Si nos envías tu dibujo lo incluiremos, junto a los dibujos de otras personas, en un mural que expondremos en el MNCN en febrero y, por supuesto, te enviaremos la foto de Gafotas de bucear naturaka ESTRELLAS, ERIZOSY PEPINOS ¿Sabéis que no todas las estrellas están en el cielo? Ni todos los erizos corretean entre los matorrales. Ni todos los pepinos son para comérselos en una ensalada.No.Muchas de estas criaturas se esconden en lugares que no hubiéramos imaginado jamás. ¡ Ga- fotas de bucear puede descubríroslas! Gafotas de bucea r tiene 12 años y se llama así por- que lo que más le gusta hacer es ponerse unas enor- mes gafas de bucear y ver qué hay bajo el agua.Vive en México, en un pueblo muy cerquita de la playa, así que tiene muy a mano eso de zambullirse en el mar. Un día, como otro cualquiera, Gafotas de bucear se metió en la orilla, hacía mucho calorcito y el sol brillaba, era un día buenísimo para bucear y descu- brir cosas.Así que...splashhhhhh, se lanzó a la tarea. Cuando llevaba sólo un ratito, Gafotas de bucear vio algo que brillaba entre la arena. ¡Oh! Era como un palito rojo que lanzaba destellos. Se sumergió de nuevo hacia el fondo de la arena y ¡consiguió coger- lo! Se preguntó:“¿Qué serás tú, pequeño ser:mineral, animal, planta...?”. Era un misterio irresistible, así que se lo llevó a casa y lo metió en una cajita. Le puso algas, arena y un poco de agua alrededor. Le dio una casa en condiciones para observar lo que pasaba y siempre cogía su gran lupa para ver bien de cerca aquella cosa. No dijo nada a nadie, pero creía que la criatura estaba aumentando de tamaño. Un día, de pronto, advirtió que su forma había cambiado y se parecía más a un huevo frito. Además su piel tenía cientos de granitos por donde asomaban lo que a ella le pa- recían piececillos.¡Wow! Aquella cosa era fascinante. Y muy hermosa. Era como una pequeña estrella del cielo que se hubiera caído al mar. Un día, Gafotas de bucear se acercó por la mañana a su tesoro y le salu- dó como de costumbre: “Buenos días,cosa,¿cómo estás?” -y lo increíble fue que le respondió : “Pues fíjate que ya me queda un poco pequeña esta cajita” . *Este taller también lo puedes disfrutar con los educadores del museo durante los meses de diciembre y enero. Más información

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