NaturalMente 21

18 n atural mente 21 ç sumario www.naturalmentemncn.org Para recibir un correo electrónico cuando salga el próximo número o darnos tu opinión escríbenos a naturalmente@mncn.csic.es No se sabe (o por lo menos, nosotros no lo sabemos) si la costumbre de coger pececillos vi- vos de una pecera y tragarlos vivos mientras se toman unas jarras de cerveza, tiene su origen en la perversa escena de Un Pez LlamadoWanda , don- de Otto tortura psicológicamente a Ken, tragando consecutivamente a los pececillos que tan cariño- samente había cuidado incluyendo a la tal Wanda, que da nombre a la película. (Nota: En la realidad, Otto no se traga a los peces). Sea el origen que sea, parece que se ha popula- rizado entre un sector de la población, del que, de momento, carecemos de una información precisa. Como mucho, podemos sospechar por dónde debe andar (o tal vez arrastrar) su coeficiente in- telectual, pero poco más. El 3 de abril de 2016, unos amigos estaban to- mando unas cervezas, cuando uno de ellos, llamé- mosle X, decidió tragar un pez gato de bronce, Corydoras aeneus , pececillo originario de Améri- ca del Sur y popular en acuarofilia por su papel de ‘limpiador’ de restos orgánicos. X no llegó a tragar al pez sino que rápidamente lo expulsó. El pececillo, todavía vivo, fue tragado de nuevo por T ayudado por un sorbo de cerveza. La falta de cultura biológica –o un difuminado recuerdo de cuando visitó en su infancia el museo de ciencias naturales local- le impidió a T predecir las horas de agonía que iban a transcurrir intentando expul- sar el pececillo, que se le había quedado atrave- sado en la faringe, con las espinas pectorales que adorna su cuerpo clavadas en su garganta. Pues, este pececillo, cuando se siente amenazado por un predador pone sus espinas erectas y bombea veneno hacia sus atacantes. T tuvo que ingresar en un hospital para que se le pudiera extraer satisfactoriamente al pobre e inocente pececillo. El hombre se ha recuperado, y el ejemplar –cuyo espíritu estaba ya en el otro mundo cuando T llegó al hospital- fue incorpora- do en el museo que dirige Moeliker, y llevado a una sección especial denominada ‘ Historias de Ani- males Muertos ’ , donde comparte espacio con su pato y otros ejemplares notables por su historia particular ( lee aquí más detalles ) Nuevamente Kees ha sido materia de prensa y sujeto en la promoción de su museo. Dicho lo cual, se nos antoja llamar la atención a nuestra clase política, para que no supriman la his- toria natural –y ya de paso, la filosofía, que permite pensar con un poco de juicio- en favor de otras materias más lucrativas y lustrosas, que no por necesarias, dan razón de todo lo que se puede en- contrar uno en la vida. No sin dejar de agradecer a Kees que, aunque sin buscarlo, haya contribuido a que estas instituciones culturales tan necesarias que son los museos de historia natural, estén un poco más presentes en la vida pública n Kees Moeliker en la colección de aves y el Museo de Historia Natural de Rotterdam que actualmente dirige. “Hay que agradecer a Kees que, aunque sin buscarlo, haya contribuido a aumentar la presencia de los museos de historia natural en la vida pública”

RkJQdWJsaXNoZXIy ODk0OTk=