NaturalMente 23

45 n atural mente 23 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Tal vez, estos moluscos hayan sido subestimados debido a su pequeño tamaño y apariencia inofensiva. Sin embargo, los caracoles conos son capaces de inocular un potente veneno a través de una serie de adaptaciones presentes en su cavidad bucal, que puede ser letal para la desafortunada presa que caiga en sus manos. En la actualidad se están realizando numerosos estudios con el objetivo de descifrar la identidad y proporción de las conotoxinas que forman este veneno. Además, a través de diferentes estudios moleculares, se está tratando de descubrir el potencial farmacológico de estas toxinas, muy distintas estructuralmente en función del momento fisiológico del animal y de la especie en cuestión. Ser venenoso es una adaptación que tienen diferentes seres vivos que consiste en la pro- ducción de sustancias tóxicas y su inoculación o expulsión activa con el fin de capturar presas o bien evitar ser depredado. El abanico de animales que han evolucionado esta fascinante y efectiva adaptación es amplio e incluye grupos tan conocidos como las serpien- tes, los escorpiones o algunas medusas. Menos nombrados, pero pudiendo llegar a ser igual de letales, son los caracoles marinos denominados conos. Con sus conchas coloreadas, sus movimientos lentos y una alimentación detritívora o ramonea- dora (basada en la descomposición de materia orgánica), la mayoría de los caracoles marinos que podemos encontrar en las rocas de la costa cuando baja la marea son considerados total- mente inofensivos. Sin embargo, los conos, con igual aspecto exterior, son, en cambio, activos depredadores capaces de envenenar, capturar y consumir otros caracoles, gusanos e incluso pe- ces, pudiendo ser mortales para el hombre. ¿Cómo consiguen envenenar y capturar pre- sas que son más rápidas en general que ellos? La respuesta a esta pregunta hay que buscarla primero en importantes modificaciones en la morfología de su boca. Los caracoles presen- tan en la cavidad bucal una estructura a modo de filas de pequeños dientes quitinosos deno- minada rádula que es utilizada generalmente para raspar el sustrato y atraer la comida hacia el interior del animal. Sin embargo, en el caso A la izquierda, micrografía de la rádula de un caracol marino ( Tudicla spirillus ) ( Harasewych, M. G. (2018)) Arriba, rádula de cono con dieta vermívora Rhombiconus imperialis , en el centro, Cylinder retifer (moluscívoro) y P ionoconus magus (piscívoro)/ Manuel J.Tenorio.

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