NaturalMente 23

46 n atural mente 23 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente de los conos, la rádula está tan modificada que cada diente pasa a ser una unidad individuali- zada en forma de arpón hueco. Esto no sería suficiente para que los conos pudiesen alimen- tarse de un nervioso pez puesto que, aunque consiguieran arponearlo, muy probablemente podría escapar antes de ser atraído a la cavi- dad bucal y ser atrapado definitivamente. Este problema lo han resuelto con la evolución de una glándula especializada en la producción de toxinas que son vertidas directamente al inte- rior del diente radular (las conotoxinas). Con este mecanismo fisiológico los caracoles cono son capaces de arponear e inyectar en la presa un cóctel formado por cientos de conotoxi- nas capaces de interaccionar con receptores neuromusculares y hormonales, produciendo diferentes respuestas incapacitantes que, en definitiva, impiden su huida, y ahora sí, propi- cian indefectiblemente su depredación. El funcionamiento de este veneno es complejo puesto que se ha comprobado cómo cada cono- toxina por separado es capaz de desencadenar respuestas fisiológicas diferentes y que, actuando sinérgicamente, generan el efecto paralítico bus- cado. Las conotoxinas son péptidos, generalmen- te cortos (<50 aminoácidos), ricos en cisteínas (que forman puentes disulfuro que estabilizan la estructura tridimensional activa) y que poseen una elevada variabilidad entre las más de 800 especies que forman el grupo de los conos. El veneno de cada especie, no solo es altamente complejo y variable en unas especies respecto de otras, sino que incluso entre individuos de la misma especie también existe gran variabilidad. Más aún, la composición del veneno en un indivi- duo varía según el estado fisiológico del mismo y puede cambiar en función de si el individuo se está defendiendo o está depredando. Esta enorme variabilidad, así como su capaci- dad de interacción con los receptores mencio- nados, ha llamado la atención de numerosos gru- pos de investigación. Por un lado, las conotoxinas permiten estudiar el funcionamiento de los re- ceptores neuromusculares y además tienen un gran potencial farmacológico. Existe en el merca- do un fármaco denominado Prialt® desarrollado a partir de una conotoxina de la especie Pionoco- nus magus , que se administra en casos de dolores crónicos graves. Esta medicación tiene un efecto 1.000 veces más potente que la morfina. Por otro lado, estos venenos son un sistema modelo Representación de tres especies de conos pertene- cientes a tres géneros distintos y que depredan en su forma adulta cada uno de acuerdo a una de las tres dietas mencionadas, de arriba a bajo, vermívora ( Virro- conus ebraeus ), moluscívora ( Darioconus episcopatus )/ y piscívora ( Gastridium geographus ) Ilustración realizada por Lara de la Cita García. “Las toxinas que el caracol cono inocula a su presa a través de la rádula, interaccionan con su sistema nervioso inmovilizándola, lo que facilita su depredación”

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