NaturalMente 24

35 n atural mente 24 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Suscríbete Con motivo del V Centenario de la expedición comandada por Magallanes, el MNCN ha preparado una exposición virtual para la plataforma Google Arts & Culture. A partir de la crónica del viaje escrita por el italiano Antonio Pigafetta hemos tratado de identificar los animales que encontraron en su travesía ilustrándolos con ejemplares de nuestras propias colecciones. Este artículo es nuestra propia crónica de algunas de las complejidades que encontramos durante la preparación de esta exposición, para la cual tuvimos que realizar un minucioso estudio histórico, zoológico, lingüístico y literario. El mundo no volvería a ser el mismo. Unos 250 hombres, las fuentes varían respecto al número exacto, partieron de Sanlúcar de Barrameda el 10 de agosto de 1519 a bordo de cinco naos llama- das Trinidad, San Antonio, Concepción, Santiago y Victoria. Al mando de Fernando de Magallanes, iban a emprender uno de los viajes más transcen- dentales de la historia. En palabras del economis- ta Adam Smith: “El descubrimiento de América y el paso hacia las Indias orientales a través del Es- trecho de Magallanes son los dos acontecimien- tos más grandes e importantes registrados en la historia del género humano.” Sin embargo, semejante hazaña iba a tener un coste muy elevado que la gran mayoría de la tri- pulación pagaría con su vida. El 6 de septiembre de 1522 llegaron a España 18 hombres desnutri- dos, enfermos y harapientos, pilotando una nao, la Victoria, que hacía aguas por doquier. Durante la travesía perdieron a la mayoría de sus compañe- ros. Algunos desertaron y otros fueron captura- dos por los portugueses, pero la mayoría pereció por hambre, enfermedad o de forma violenta. Toda una odisea que conocemos de primera mano gracias a un cronista excepcional. Antonio Pigafetta era un joven caballero ita- liano, oriundo de Vicenza, que se embarcó en la expedición buscando fama y aventuras. Llegado a la corte española en compañía del nuncio papal Francesco Chieragati, tuvo noticias de la expedi- ción que se estaba preparando en Sevilla y decidió enrolarse bajo las órdenes de Magallanes. No era marinero, pero sus conocimientos en astronomía y lenguas, y su gran interés debió granjearle las simpatías del comandante portugués. Un afecto que muy posiblemente acabase evolucionando en una buena amistad, algo que podemos inferir de las propias palabras de Pigafetta. Y es que nuestro cronista, sin unas obligaciones específicas asignadas, tuvo tiempo para observar con detalle y dejar por escrito una narración mi- nuciosa de lo mucho que aconteció durante el viaje. Una seductora y evocadora crónica de las peripecias que vivieron aquellos hombres que, con el objetivo de encontrar fortuna al otro lado del mundo, partían a un destino más que incierto. Un texto a caballo entre la literatura medieval y el incipiente entusiasmo por la observación cien- tífica propio de la edad moderna. Será esta capacidad para describir todo lo que veía y acontecía a su alrededor, la que dota al tex- to de Pigafetta de una importancia capital dentro de la historia del conocimiento humano. Nada se escapaba a su pluma: la geografía de las nuevas tierras, la desconocida fauna que iban encontran- do, las diferentes culturas con las que entraban en contacto o las lenguas que hablaban estos pue- blos remotos. Sin duda un testimonio que, a pesar de haber sido escrito hace 500 años, sigue pro- vocando hoy en los lectores la misma fascinación que debió causar entonces. Fachada de la Biblioteca Ambrosiana, M ilán.

RkJQdWJsaXNoZXIy ODk0OTk=