NaturalMente 31

48 n atural mente 31 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente Septiembre 2021 Pero en 1880, el famoso paleontólogo británi- co Harry G. Seeley llegó a la conclusión de que eran vivíparos, no ovíparos (ahora se sabe que son ovovivíparos).Y que, por tanto, este pequeño ictiosaurio no había sido canibalizado. Era, sim- plemente, un feto. Aquel día, mientras la mayoría de los niños del grupo se afanaba intentando distinguir el peque- ño ictiosaurio entre la maraña de huesos de la madre, uno de ellos parecía preocupado por un asunto bien diferente. Tras pasar un buen rato examinando la parte trasera del animal, se volvió hacia mí y, con gesto serio, me preguntó: —Pero ¿dónde tenían el culo? «¡Tierra, trágame!», pensé. Aunque no debería haberme extrañado la pre- gunta, porque la preocupación de los chavales por lo escatológico y el sexo es algo muy recu- rrente. Bueno, y entre los adultos, las cosas como son. En mis días por el museo he encotnrado desde el adulto que te pregunta ‘cómo se lo ha- cen los calamares gigantes o los australopitecos’, hasta los niños que se pasan la visita agachándose y mirando la entrepierna de los animales para ver si son machos o hembras; o los que se parten de risa, en grupo, al verle el sexo a un chimpan- cé colgado de la rama de un árbol… Claro que hay que disculparlos porque, dada su estatura, les queda a la altura de los ojos Al regresar al edificio principal, mientras com- partía con uno de mis compañeros cómo ha- bía ido la visita, este me respondió: «¡Pues si te cuento lo que me ha ocurrido a mí…!».Y pasó a relatarme una divertidísima situación. Aque- llo hizo que, unos días después, me viniera a la mente la idea de escribir un libro que utilizase como hilo conductor las anécdotas vividas por los guías voluntarios y los educadores del Mu- seo para dar respuesta a las increíbles preguntas que nos plantean los visitantes, especialmente los más jóvenes. Preguntas que, por sorprendentes que puedan parecer, no dejan de tener una cier- ta lógica y para las que, muchas veces —somos mortales a fin de cuentas— no disponemos de respuesta. Pero preguntas que, sin duda, mere- cían ser respondidas. Cuando por fin compartí mi propuesta,fue aco- gida con enorme entusiasmo por todos. Desde los voluntarios hasta los educadores y responsa- bles del Museo, todos querían participar, aportar su granito de arena. Empezaron a escarbar en lo más profundo de sus recuerdos, dispuestos a re- cuperar cualquier anécdota simpática, cualquier pregunta increíble que les hubiesen planteado en los muchos años que llevaban desarrollando esta maravillosa y gratificante labor. Pronto me encontré con más de cien increíbles anécdotas y preguntas de todo tipo.Y con el conocimiento de todo el personal del Museo a mi disposición para poder darles respuesta: no solo el de los voluntarios y los educadores, sino también el de los responsables de las exposiciones, los conser- vadores, los encargados de las colecciones, archi- vos y fondos bibliográficos, los investigadores… Una oportunidad única. El libro se estructura en doce capítulos que pueden leerse de forma independiente, agru- Antílope sable negro y huevos de moa gigante.Vitrina que le hizo pregutarse a un niño: “Pero esta cabra... ¿pone huevos?” Imagen original: Jesús Muñoz / Servi- cio de Fotografía MNCN “El libro nos permite conocer, entre otras muchas cosas, qué animales sufren de flatulencias, cuánto cuesta el esqueleto de un tiranosaurio, los secretos de la taxidermia o los más absurdos robos cometidos en los museos de historia natural del mundo”

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