NaturalMente 42

Nacra, Pinna nobilis geolocalizada y etiquetada en su entorno natural / Javier Murcia Nacras reproductoras en laboratorio. / Emilio Cortes En 2016 se evidencia el colapso ambiental del Mar Menor y en 2019 se pone en marcha el Proyecto Banco de Especies del Mar Menor cuyo objetivo era abordar la viabilidad de las especies identitarias del Mar Menor Conservación y recuperación de especies ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Aunque fue inaugurado en 2006, la labor de investigación y conservación se remonta a finales de los años 90 del siglo pasado. El equipo de investigación del laboratorio de Acuariología (embrión del Acuario de la UMU) del Departamento de Zoología de la Universidad de Murcia hacía sus primeras incursiones en el mundo de la reproducción de especies en laboratorio. Uno de los primeros objetivos serán los singnátidos, caballitos de mar y peces aguja. El trabajo de conservación de especies implica determinar cuándo una especie o población está amenazada, identificar sus causas y buscar soluciones. Idealmente, esto permitirá su recuperación y que vuelva a estar fuera de peligro. Sin embargo, la realidad es más compleja. Si no se abordan las presiones y amenazas del ecosistema, cualquier intento de recuperación es inútil, y, mientras se solucionan los problemas de fondo, es importante tomar acciones complementarias fuera del medio natural, sobre todo cuando la disminución de la población pone en peligro su viabilidad. Estas acciones buscan desarrollar protocolos de mantenimiento y reproducción para garantizar la viabilidad de las especies en su hábitat natural. Así se llegan a generar reservas de ejemplares para proyectos que impliquen la reintroducción de individuos que permitan la supervivencia de la población. Algunos hitos Hippocampus guttulatus, el caballito de mar de hocico largo del Mar Menor es uno de los animales que más interés despierta en quienes nos visitan. Desde los primeros años del milenio su población en el Mar Menor sobrevive en un estado de conservación bastante precario, de hecho ha sufrido al menos dos etapas importantes de regresión en los últimos 40 años. Lo que no se ve Estamos en el antiguo Cuartel de Artillería de la ciudad de Murcia. Concretamente en el pabellón número 4 cuya planta baja está ocupada por el AquariUM. Inaugurado en marzo de 2006, fue el primer acuario público perteneciente a una universidad en España. Nacía como centro de investigación con una clara vocación de transferencia a la sociedad de sus dos actividades principales, la investigación y la conservación. Por eso, los tanques que se muestran siempre están relacionados con alguna investigación. La superficie del acuario visitable es solo una pequeña parte de la instalación completa. Además de la maquinaria, la zona no visitable alberga los tanques de cría y recuperación y el área de investigación de los proyectos, la mayoría relacionados con la conservación de especies, en los que el AquariUM está involucrado. Aquí se cultivan los distintos tipos de zooplancton y fitoplancton, necesarios para alimentar a las especies del acuario. La sala de los biorreactores parece sacada de una película de ciencia ficción. La intensa iluminación, necesaria para el desarrollo del fitoplancton, revela una gradación de colores en las bolsas y matraces de crecimiento que van desde el verde más intenso, hasta el marrón más otoñal, como si de un bosque caducifolio se tratara. Tanto su infraestructura como su larga trayectoria hacen del acuario de la universidad de Murcia un centro de referencia para el desarrollo y puesta a punto de protocolos de mantenimiento y reproducción de especies en laboratorio para su protección. Pero hagamos un poco de historia. Las primeras nacras procedentes del Mar Menor llegaron al acuario en 2018 y el primer evento reproductor ex situ, que se repite una vez al año desde entonces, tuvo lugar en junio de 2020 24 25 42 Junio 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

RkJQdWJsaXNoZXIy ODk0OTk=