NaturalMente 43

La idea de proteger un río evoca una imagen donde el flujo de agua atraviesa una densa vegetación de ribera olvidando el medio físico o “esqueleto” que sustenta este tejido ecológico, en particular los sedimentos y la dinámica geomorfológica En general, la restauración fluvial implica proveer de herramientas (caudal, líquido y sedimentos) y medios (espacio fluvial) para que el río realice y complete su trabajo de recuperación La restauración de los ríos degradados se debe basar, ante todo, en la recuperación de la dinámica natural del sistema fluvial que permita a los propios ríos reconstruir su geomorfología. Para ello necesitamos eliminar los elementos humanos que los perturban, de tal manera que los ríos puedan autocorregirse y adaptarse a los factores físicos actuales. En esta readaptación es clave reestablecer el flujo de sedimentos y, para ello, la existencia de caudales de agua que permitan la movilidad de los mismos. Igualmente, se requiere eliminar no solo los obstáculos transversales, sino también mover diques y motas de las márgenes del cauce para dejar espacio al río en su dinámica natural. De esta manera, se evita que los procesos como la erosión se concentren en el cauce y se favorece la atenuación de los picos de inundación. Río Manzanares en un tramo restaurado cerca de El Pardo (Madrid). La falta de caudal de crecidas favorece el crecimiento desmesurado de la vegetación de ribera e impide la dinámica geomorfológica y el transporte de sedimento. zación media del cauce de 4 metros, a la vez que se genera un estrechamiento del cauce y su desconexión con la llanura de inundación. Estos efectos se dejan notar también en los puentes y otras infraestructuras que necesitan reforzarse para evitar su colapso a medida que avanza la incisión del cauce. Otros elementos que afectan a la calidad y cantidad de sedimento en nuestros ríos son las “barreras” y obstáculos transversales (diques, presas, canales, norias...). En España existen más de 171.000 barreras que fragmentan la red fluvial e impiden el arrastre de sedimento hacia las partes bajas y las zonas costeras. Cada año derriban anualmente del orden de 100 barreras, la mayor parte de menos de 2 m de altura, todas en situación de desuso. La eliminación de estas barreras es una actividad clave para recuperar la funcionalidad y la dinámica de los ríos. Actuaciones de restauración del río Arga en el meandro de Sardilas (Funes, Navarra) para la recuperación de la conectividad del cauce con la llanura de inundación y creación de áreas de laminación controlada de inundaciones / Confederación Hidrográfica del Ebro 22 23 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

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