A mediados del siglo XX, el Manzanares era un ecosistema fluvial severamente dañado. Con nueve presas para evitar su desecación estival, se había convertido en un canal de aguas residuales Silvia Perea Alfonso López Lourdes Alcaraz Ignacio Doadrio La restauración fluvial es una prioridad dentro de las políticas europeas, especialmente en el marco de la Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030, que propone recuperar al menos 25.000 km de ríos para devolverles su flujo natural. Este enfoque no solo pretende restaurar la conectividad ecológica, sino también revalorizar los servicios ecosistémicos que nos proporcionan los ríos: suministro de agua, hábitat para fauna y flora, regulación climática, control de inundaciones o su valor estético y cultural. En España, el proyecto AMBER ha recopilado casi 30.000 obstáculos al agua, aunque se estima que la cifra podría llegar hasta los 170.000. No se trata únicamente de las grandes presas que todos tenemos en mente, sino también de pequeños elementos como azudes, antiguos molinos, represas para piscinas naturales o minicentrales hidroeléctricas. Muchos de estos elementos están actualmente en desuso y su identificación para su posible eliminación o modificación se ha convertido en una prioridad crucial. En respuesta a estos desafíos, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha desarrollado la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (2023-2030). Sin embargo, no deben perderse de vista otros impactos alarmantes que están degradando los ecosistemas fluviales a un ritmo creciente, como los vertidos de residuos urbanos y agrícolas, o la presencia de especies exóticas invasoras. Los contaminantes pueden tener efectos significativos en la fauna acuática, incluyendo alteraciones en el desarrollo, la reproducción y el comportamiento de los organismos. Además, estos contaminantes pueden acumularse en la cadena alimentaria, poniendo en riesgo la viabilidad de las comunidades de peces y otros organismos acuáticos. La proliferación de especies exóticas invasoras ha experimentado en las últimas décadas una expansión prácticamente incontrolable en la península ibérica, poniendo en serio peligro la integridad de la fauna acuática nativa. Esto no solo se debe a la competencia directa por el hábitat y los recursos o la depredación, sino también a que estas especies exóticas actúan como importantes vectores de parásitos y enfermedades a los que el sistema inmune de las especies nativas no está adaptado. Imagen de uno de los tramos urbanos del Río Manzanares / Alfonso López Solano 5 4 Suscríbete 43 Septiembre 2024 Sumario Accede a todos los números El FUTURO de nuestros ríos Restauración fluvial del Manzanares Ante la gravedad de la crisis ambiental que nos rodea, es fácil caer en el desaliento y pensar que no se puede hacer nada para mejorar la situación. Sin embargo, iniciativas como la restauración del río Manzanares a su paso por la ciudad de Madrid demuestran que, no solo se pueden desarrollar iniciativas para mejorar la situación ambiental, sino que cuando se toman, las cosas mejoran mucho.
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