NaturalMente 41

Dibuja una mosca, ese fue el comienzo de los talleres sobre los ojos compuestos de las moscas que impartí en el campamento de verano de 2023 del MNCN En los dibujos fueron apareciendo cabezas, alas, patas, trompas y sobre todo, ojos. Grandes ojos que luego completaban con una rejilla o retícula 41 Marzo 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete Manos a la obra Pero una cosa es diseñar e imaginar cómo será un taller, y otra distinta lo que resulta después. Sin embargo, esa incertidumbre duró poco. Solo con pedir a los participantes que dibujaran una mosca, se fueron animando y sus actitud y esfuerzos parecían prometedores. Tras las dudas y quejas iniciales: “Qué difícil”, “No me acuerdo de cómo son las moscas”, “Una avispa sería más fácil, pero una mosca...”. Pronto comprobaron que sabían más de lo que creían. En los dibujos fueron apareciendo cabezas, alas, patas, trompas y sobre todo, ojos: grandes ojos que luego completaban con una rejilla o retícula. Al comienzo de la primera sesión una de las niñas empezó justo por ahí, trazando un par de enormes ojos redondos que rellenó con una trama de líneas horizontales y verticales, antes de continuar con la cabeza y el resto del cuerpo. Desde el inicio, surgieron también algunas preguntas sobre la escala. Dibujar una mosca, ¿de qué tamaño? ¿Como son de verdad, o más grandes? En general, la mayoría se decidieron por lo segundo. Aunque algún niño optó por una pequeña mosca esquemática, de trayecFiguras que ilustraban la Carta a la Royal Society de Londres de 30 de Abril de 1694 de Antoni Van Leeuwenhoek, mostrando un fragmento de las lentes del ojo compuesto de una mosca (fig. 9) y de una libélula (fig. 8) Cabeza ampliada de una mosca de la familia Syrphidae. Ilustración realizada por Robert Hooke para su libro Micrographia (1665) toria zigzagueante, volando en la esquina del papel, como las que se encuentran en muchos cómics. La cuestión de la escala estaba todavía más presente en el segundo dibujo, porque se les pidió que se centraran en los ojos, que los dibujaran aislados, en grande, con el mayor detalle posible. En algún caso casi no era necesario, dada la atención que habían prestado a los ojos en el dibujo de la mosca completa. En otros, aparecieron por primera vez las retículas y rejillas en el interior de los ojos. Se les preguntó a qué correspondían esas líneas cruzadas. Hubo algunos “no lo sé”, y alguna respuesta tratando de explicar que el ojo grande estaba formado por otros más pequeños. Salvo alguna excepción, la mayoría no sabían nombrar ese tipo de ojos. Así que se les explicó que se llamaba ojos compuestos a los ojos de los insectos porque se componían de otras estructuras más simples, llamadas omatidios. En este punto se alcanzaba uno de los momentos clave del taller: ¿por qué sabían cómo eran esos ojos compuestos y podían dibujarlos? Esos ojos, ¿no eran demasiado pequeños para percibirlos a simple vista? Lo habitual era que estas preguntas fueran seguidas de algo de silencio, y de un cierto desconcierto, mientras los participantes pensaban en ello. ¿Cómo es que lo sabían? ¿De verdad cuando miraban a una mosca, incluso si se les había posado en la mano y la tenían así de cerca, podían ver cómo eran sus ojos con tanto detalle? 74 75

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