65
n
atural
mente 11
ç sumario www.naturalmentemncn.orgnar de investigaciones son publicadas en revis-
tas científicas cada año, pero ¿cuántas de estas
realmente alcanzan las páginas de los diarios
que lee un jubilado o la pantalla de nuestros
ordenadores y smartphones? Esa brecha de es-
pecialización o conocimiento que diferencia al
“Homo de a pie” del “Homo científico” se con-
sigue salvar gracias al puente que tienden las
personas de la casita y la colaboración de los
investigadores del MNCN. En los diccionarios
no aparece la definición de comunicación tal y
como yo la he experimentado y comprendido:
tejer con palabras de a pie el contenido cientí-
fico por medio de una colaboración estrecha,
respetando la esencia de ambos campos con el
fin difundir y divulgar el valor de estas investi-
gaciones a todos los públicos.
Este es el vínculo con el MNCN del que esta
traductora en ciernes ha formado parte. Du-
rante varias semanas he formado parte de un
equipo encargado de ser la voz del museo en
los diarios, las redes sociales y todos aquellos
que se interesan por la ciencia. Nadie nace sa-
biendo; el gusanillo de la ciencia tampoco vie-
ne programado genéticamente. Muchos cientí-
ficos, seguramente, escogieron la ciencia como
su estilo de vida porque un día siendo peque-
ños descubrieron al idiosincrático Félix Rodri-
guez de la Fuente o leyeron los artículos de
Muy Interesante
. Cada
tuit
o
post
en Facebook
que el museo publica es una ventana para dar a
conocer la vida de este museo y NaturalMen-
te, esta publicación digital invita a redescubrir
la ciencia de una manera diferente, impulsar
ese espíritu científico oculto de las generacio-
nes venideras y conceder en sus páginas un vis
à vis entre el científico y el lector.
Las palabras de este artículo recogen el fi-
nal de mis prácticas, pero no de mis visitas al
museo. Gracias a las muchas personas que he
conocido y han dedicado su tiempo a mostrar-
me este “coloso” creado por la incasable mo-
tivación de científicos e intelectuales durante
tres siglos, cuyo testigo recogen los compañe-
ros que, hoy día, con esfuerzo sortean los ca-
prichos de estos nuevos tiempos. La moderni-
dad y tecnología hallan poco a poco su espacio
en el museo.Y, por qué no, hacen hueco entre
sus colecciones, despachos y laboratorios a
las nuevas generaciones hambrientas por in-
vestigar y conocer todavía lo mucho que ig-
noramos sobre nuestro planeta. Generaciones
como la mía, personas como yo.
Hasta siempre, naturalmente
n
Elena Bermejo González, (La segunda comenzando por la izquierda) junto
a parte de las mujeres que trabajan en “La casita”.
“Cada tuit o post que el
museo publica es un intento
para dar a conocer la vida de
este instituto, una invitación
para redescubrir la ciencia e
impulsar ese espíritu científico
oculto de las generaciones
venideras”
“El compromiso de
los investigadores
del MNCN con el
mundo en el que
viven se reitera al
publicar nuevas
investigaciones con
las que confirman lo
necesaria que es cada
especie para sostener
la vida en la Tierra”