NaturalMente 25

7 n atural mente 25 ç sumario Suscríbete Consulta aquí todos los números de NaturalMente otros casos, Ramón recurre –una vez más- a la comicidad echando mano de la personificación del fenómeno: «El río sigue sin faltar ni un día a su curso hasta doctorarse en el mar»; «La cas- cada fue una sorpresa del agua al encontrarse cortado el camino»; «En la resaca, la ola, arre- pentida de haber dejado su regalo de conchas, trata de volvérselas a llevar». Una de las greguerías más populares, clásico ejemplo de los manuales de Literatura –al menos en los que yo estudiaba- saca partido del con- traste entre el desierto y la playa, ambas exten- siones de arena en la que predominan fenóme- nos erosivos diferentes, en la primera el eólico y en la segunda, el del agua: «El desierto se peina con peine de viento; la playa, con peine de agua». Alguna también alude a los volcanes, como ésa que compara la lava con un reptil: «La lava parece un cocodrilo que avanza». La greguería y los seres vivos Un buen vivero de greguerías lo proporcio- na tanto el mundo de la botánica como el de la zoología. Encontramos ejemplos muy poéticos en las imágenes de los árboles. En algún caso, re- lativa al árbol en general: «El árbol busca un co- razón bajo tierra con las manos crispadas de sus raíces». En otros, referidas a especies arbóreas muy características de nuestros paisajes, como chopos, sauces y olivos. Así: «Cuando el viento cimbrea mucho a los chopos parecen plumas que escriben»; «El sauce toca el arpa en el agua»; «Los olivos aprovechan como ningún árbol el fondo de huesos que hay en la tierra». En esta última, como vemos, se desliza esa vena cómica que siempre andaba rondando los escritos de Ramón. Las flores ofrecen también buenos ejem- plos: «El perfume es el eco de las flores»; «El girasol es la condecoración del paisaje»; «Las or- quídeas son las primeras bailarinas de las flores». Humor y lirismo se combinan, en diferente pro- porción –ora inclinándose hacia el primero, ora impregnándose del segundo- en muchas de las greguerías que el autor nos ha dejado del mundo vegetal: «En el algodón retoña la barba blanca de la experiencia de la tierra»; «Las hojas secas pre- paran la tila del otoño»; «El musgo es el peluquín de las piedras»; «La coliflor es un cerebro vegetal que nos comemos». “Gustaba Gómez de la Serna de dar charlas que a menudo eran auténticas performances. Podía aparecer haciendo una lectura sentado en un trapecio o subido a un elefante en el circo” Greguerías naturales «La nieve dota de papel de escribir a todo el paisaje» «Cuando cae granizo es que se ha abierto la granada del cielo» «Ajos: dientes de bruja» «La arrugada corteza de los árboles revela que la Naturaleza es una anciana» « Magnolia: perfume lácteo» «La hiedra es la corona de las ventanas» «El agua no tiene memoria: por eso es tan limpia» «La langosta de mar tiene, en vez de ojos, gemelos de teatro» «El elefante es la enorme tetera del bosque» «Lo que suena en las caracolas es lo llenas de ausencias que están» «Las almejas de valvas entreabiertas nos miran con los ojos entornados» «La ostra es la miniatura de la isla ideal» «El saltamontes tiene aspecto de verdugo medieval» «El grillo mide las pulsaciones de la noche» «El ciervo es hijo del rayo y del árbol» El carnero, «de anchos y pesados cuernos rizados»/ Wikipedia

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