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No es difícil imaginar que el tema va de mar, de agua, de
espuma,…pero no de un mar cualquiera, sino del mar visto bajo
la mirada de un artista, de un fotógrafo que pinta a través de la
cámara. Hablamos del polaco Janek Zamoyski.
Destino, Sudamérica, y tiempo, 21 días. Los que
ha tardado este fotógrafo en replicar el viaje de
casi tres meses que realizó Cristóbal Colón seis
siglos atrás para llegar al Nuevo Mundo, a las an-
tiguas Indias, por segunda vez.
Sin embargo, la diferencia de este viaje no estri-
ba sólo en el tiempo de llegada. La gran diferen-
cia está en el descubrimiento, en la búsqueda de
lo nuevo. Si bien este era el objetivo prioritario
del navegante, lo que pretende Janek Zamoyski
es buscar el arte en la realidad ya conocida y
después mostrarla en su máximo esplendor.
Y qué mejor que la inmensidad el océano para
conseguirlo. Fotografiar el mar durante 21 días
puede parecer todo un reto. La misma agua, el
mismo horizonte que une ¿o separa? el cielo del
océano, a fin de cuentas un todo a priori mo-
nótono y uniforme. Sin embargo el océano es un
universo vivo, diverso, cambiante; que a veces di-
simula su perenne inquietud bajo la apariencia de
“Janek nos muestra el mar en
todos sus estados de ánimo
y en todos sus colores, en
todas sus luces, en todas sus
texturas”
una calma falsa y plana pero que al final no puede
y acaba escupiendo toda su energía en forma de
espuma, de olas, de belleza. Porque pocas cosas
son tan hermosas como el mar enfurecido.
Y lo mejor de todo. No hace falta embarcar-
se en una travesía marítima de gran envergadura
para conocer esta realidad. Janek nos la muestra
El autor de las
imágenes junto a la
traductora durante
la inauguración de la
exposición.Al fondo
Santiago Merino,
director del MNCN
y María GarcíaYelo,
directora de PHo-
toEspaña / Fotos
Jesús Juez