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n
atural
mente 6
ç sumariocielo. Saqué imediatamente mi libro de animales
prehistóricos que llevaba en la mochila. Quería
saber en qué período me encontraba. Busqué
hasta que encontré una definición exacta del
paisaje. Me hallaba en el período Cretácico. Unas
grandes pisadas me sobresaltaron y corrí a es-
conderme entre la maleza. Por un hueco entre
las ramas los vi. Unas criaturas excelentes. Eran
hervíboros. Había un gran carnívoro. Empezó la
pelea entre dos titanes. Busqué en mi libro y los
encontré. El gran herbívoro era un
Chubutisaurus
de unos veintitrés metros y el gran depreda-
dor eran
Gigantosaurus
de unos quince metros.
El combate era feroz. Alrededor de los titanes
había una manada de dinosaurios que parecían
minúsculos aunque no lo eran. Una manada de
Kritosaurus
huía de aquel gran depredador. Me
quedé viendo aquella gran lucha un largo rato.Al
final el
Chubutisaurus
ganó la batalla aplastando
literalmente al
Gigantosaurus
. A mí me dio pena,
porque me gustan los depredadores. Empecé a
caminar por la espesura del bosque. Después de
caminar un rato me encontré en un claro donde
estaba una madre de
Smilodon
. “Pero, ¿no estaba
en el Cretácico?” pensé. Un gruñido del animal
me puso en alerta. Estaba muy débil. Cogí un tro-
zo de carne que había cerca de allí y la alimenté.
Los cachorros de
Smilodon
me regalaron una pul-
sera extraña.
Otro fogonazo de luz.
“Otra vez no” pensé mientras abría los ojos.
- ¡MARIAN!
Marian Martínez del Barrio
Ganador categoría infantil
‘Mi primera visita al Mu-
seo de Ciencias Natura-
les’
Hola, soy Marian, os voy a contar lo que me
pasó en mi primera visita al Museo Nacional de
Ciencias Naturales.
Ya estaba sentada en el autobús con mi mejor
amiga Carolina. Nos pusieron una película de los
Simpson. A mí no me interesan, pero me que-
dé embobada mirando la pantalla.Al cabo de un
rato, llegamos al Museo de Ciencias Naturales.
En la entrada esperamos a
los monitores. Un monitor
nos llevó a un taller y nos
lo pasamos pipa. Había-
mos reconstruido un
esqueleto, construido
animales vertebra-
dos a través de una
base… Nos había-
mos divertido tan-
to que el tiempo
voló.
Empezamos a
hacer “turismo” y
una chica que me
pareció majísima nos
explicó qué eran los
fósiles y… de repente,
por un megáfono, se escu-
chó:
- ¡Atención! Sentimos interrum-
pir las actividades, pero cerraremos el museo
porque hay un problema con el fluido eléctrico.
Muchas gracias.
- Tranquilos – dijo mi profesora Mercedes in-
tentando tranquilizarnos –, no pasa nada.
Las luces se apagaron. Un fogonazo de luz me
deslumbró. Cerré los ojos. Al abrirlos, no me
encontraba en el museo. ¡Me encontraba en un
claro rodeada por un bosque prehistórico! Lo
diferencié de los bosques actuales por los árbo-
les de tronco enorme que se elevaban hacia el