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los que penetran el agua y el aire y tras una in-
tensa meteorización del material original dan
lugar a la formación de minerales de la arcilla.
Esto, junto con la acumulación de materia or-
gánica, constituye el segundo paso del proceso
de formación del suelo. La liberación de nu-
trientes que implican estas alteraciones físicas
y químicas permite que las plantas colonicen lo
que comenzó siendo roca madre.Aparecen los
racterísticas físicas, químicas y mineralógicas di-
ferentes. Durante esta etapa dominan los proce-
sos de pérdida (eluviación) y ganancia de materia
(iluviación).
Las combinaciones de los factores formadores
del suelo en los distintos ambientes generan in-
finidad de tipos de suelo (el suelo se reproduce),
por eso en cada parte del planeta el suelo es
específico y único.
Y por último, ya sea por causas naturales o por
una mala gestión, el suelo, un recurso no renova-
ble, puede morir, por eso hay que cuidarlo para
evitar que lo haga prematuramente.
El papel del suelo en el medio ambiente
Una cuarta parte de las especies del planeta
necesitan al suelo para vivir. Desde microscópi-
“Según la Biblia hebrea el
primer humano se llamó Adam
o adama (suelos), su pareja fue
Hava o Eva (vida o madre de
vida). Por lo tanto, Adán y Eva
significan suelo y vida”
microorganismos que se encargan de descom-
poner los restos orgánicos y así, la arcilla y la
materia orgánica generan un primer estrato u
horizonte superficial fértil.
El suelo crece durante el tercer gran proceso
de formación que consiste en la redistribución
espacial de materia y la diferenciación de las ca-
pas del suelo, los horizontes, que constituyen los
perfiles característicos del mismo y tienen ca-
cas bacterias hasta topos o roedores, el trabajo
coordinado de multitud de organismos posibilita
su funcionamiento, y es que la fuerza del suelo
está en la biodiversidad que alberga porque es
una gigantesca reserva genética de gran impor-
tancia en muchos procesos biotecnológicos que
en su mayor parte aún está por explorar.
Actúa como filtro ambiental del agua ya que,
aún a costa de contaminarse, es capaz de neutra-
La Tierra de los siete colores, Chamarel (Islas Mauri-
cio)./ Adamina
Un corte de tierra con sus horizontes. © Günter Se-
ggebäing
Superficie de un suelo bajo bosque caducifolio en clima
templado y húmedo. / Jesús Juez