NaturalMente12

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mente 12
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(riiiiiinnng… riiiiiiing)
-¡Hola Guille! ¡Cuéntame… pues mira, justo
ahora estoy acabando unas cosas y te lo
envío ya para que lo revises!.
A pesar de ser un smartphone úl-
timo modelo, el teléfono de Alex se-
guía sigue sonando como los teléfo-
nos antiguos. Con la mirada brillante,
tecleaba con fuerza el código de los
modelos matemáticos, mientras que
hablaba con su colega alegremente.
Llevaban casi un año recogiendo
datos en estaciones me-
teorológicas y combi-
nándolos con las me-
didas de los sensores de
CO2 para poder estimar
los cambios más probables en
el clima de los próximos 20
años. Alex estaba está en el
punto álgido de su carre-
ra, era es consciente de
cómo el mundo a su alre-
dedor, y no sólo los eco-
sistemas naturales, se
estaban transforman-
do a gran velocidad y
él, como científico, se
sentía siente respon-
sable de poder dar
respuestas que permi-
tiesen tomar decisio-
nes y actuar antes de
que todo se vaya al traste. Cuelga el teléfono y
de pronto se da cuenta de que tiene un leve do-
lor de cabeza. Estaba tan concentrado que casi
ni se había acordado de beber agua en toda la
mañana…
¡Agua!- Gritó Nyaring, mientras miraba son-
riendo a su madre que cargaba en brazos al me-
nor de sus hermanos. Llevaban varios días cami-
nando mientras escurrían las últimas gotas de
las cantimploras. Llegar a la frontera se estaba ha
complicando más de lo que habían pensado.Tie-
nen que conseguir llegar como sea a la camione-
ta que les llevará a la frontera con Egipto, donde
“Desde nuestros orígenes como
especie hemos explotado los
recursos naturales dejando una
huella inconfundible y cada vez
más profunda en la Tierra”
Osos polares
que se ven
obligados a
nadar por la
falta de hielo.
© Greenpea-
ce/Larissa
Beumer
empezarán de nuevo el viaje. Su padre había de-
cidido ir en avanzada con su tío para ir cogiendo
sitio mientras ella caminaba con su madre más
lentamente. Su familia era es de las últimas que
habían permanecido en el pueblo, hasta que se