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ç sumario www.naturalmentemncn.orgPara recibir
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darnos tu opinión escríbenos a
naturalmente@mncn.csic.esciones, aún no se han evaluado. Respecto a espe-
cies afectadas, sin duda reptiles y anfibios, como
siempre en estos casos, son víctimas propicias de
los incendio. Afortunadamente, aunque presen-
tes en la zona, no era esta un área crítica de alta
concentración de este tipo de especies. El área
afectada tampoco albergaba parejas reproducto-
ras de águilas i mperiales, y aunque usada con
relativa frecuencia como pasillo de dispersión
por los linces ibéricos, tampoco era vital para
ellos. La mayor parte de las hectáreas quema-
das eran de pinar de pino piñonero para extrac-
ción de piñas y madera y con elevada densidad
de pies por hectáreas, es decir, lo que muchos
llamarían un bosque butanero, por la facilidad
y virulencia con la que se pueden propagar los
incendios en este tipo de monocultivo forestal.
Una estructura de la vegetación diferente, más
cercana a la esperable en este tipo de suelos y
condiciones climáticas, habría dificultado mucho
la velocidad de propagación. Esperemos que éste
desgraciado incendio se convierta ahora en una
posibilidad de recuperar no solo el área, sino la
biodiversidad vegetal y animal que podría sus-
tentar la zona. Pocos sitios son tan apropiados
como el Parque Natural de Doñana para que las
repoblaciones forestales, en este caso tras un in-
cendio, se hagan con criterios ecológicos y no
sólo productivos.
Huelga resaltar el enorme peligro para vidas
humanas que hemos vivido, además del terrible
daño ambiental que se podría haber producido.
Tenemos ahora que afrontar la recuperación de
las zonas afectadas. Conviene recordar que de
acuerdo a las predicciones del calentamiento
“La mayor parte del
área calcinada era
de monocultivos
forestales de pinos
piñoneros. Es un
ejemplo de lo que
muchos llaman
‘bosque butanero’,
por la facilidad y
virulencia con la
que se propagan los
incendios”
global, la frecuencia e intensidad de los incendios
forestales van a aumentar en el futuro (de hecho
ya lo están haciendo). En ese sentido, no solo te-
nemos que desarrollar sistemas preventivos y de
respuesta rápida cada vez más eficaces y profe-
sionalizados (Andalucía dispone de un excelente
dispositivo anti-incendios), sino que deberemos
cambiar nuestra visión y estrategia de manejo
de los bosques. Los bosques deben dejar de ser
cultivos forestales mono-específicos a alta den-
sidad, especialmente en áreas extremadamente
secas y cálidas, como es el caso de gran parte de
la península ibérica. Es un buen momento para
diseñar intervenciones forestales que aumenten
la biodiversidad y minimicen la posibilidad de vi-
vir en el futuro incendios tan peligrosos como el
que acabamos de sufrir
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Límite del incencio de junio. / Carlos Ruiz (CSIC)
Centro de cría donde se cuida de los linces. / Héctor Garrido (CSIC)