28
n
atural
mente 6
ç sumarioVivir en la ciudad no tiene por qué significar vivir de espaldas
a la naturaleza. Las ciudades son el hogar de una sorprendente
variedad de vida silvestre, no necesariamente cosmopolita. Si
algo caracteriza a las ciudades es el cambio y allí donde haya
oportunidades habrá especies que las aprovechen. El entorno
urbano está lleno de posibilidades; si no que se lo digan a la pareja
de halcones peregrinos,
Falco peregrinus
, que ha criado este año en
la catedral de Salamanca.
El hombre es una pieza más en el puzle de la
biodiversidad urbana. A gran escala se aprecia
una correlación positiva entre la densidad de la
población humana y la riqueza de especies de
plantas y vertebrados, lo
que indica que los huma-
nos se han asentado pre-
ferentemente en áreas
que disponen de muchos
recursos y, por tanto, con
una gran diversidad de
especies. Cuando descen-
demos a una escala local
la cosa cambia, ya que la
urbanización simplifica
los hábitats y empobrece
las comunidades de plantas y animales.
Un estudio reciente ha descubierto que de las
10.052 especies de aves que existen en el mundo,
2.041 (20%) habitan en las ciudades. Este porcen-
taje se reduce al 5% (14.240 ) en el caso de las
de plantas vasculares, de las que hay contabiliza-
das 279.107 especies. Curiosamente, hay pocas
especies cosmopolitas. En el caso de las aves hay
cuatro especies presentes en más del 80% de las
ciudades estudiadas: paloma bravía,
Columba livia
(51 ciudades); gorrión
común,
Passer domesti-
cus
(48); estornino vul-
gar,
Sturnus vulgaris (
44);
y golondrina común,
Hirundo rustica
(4 ).
Son muchas las ciu-
dades respetuosas con
la naturaleza. Bruselas,
por ejemplo, alber-
ga más del 50% de las
especies vegetales de
Bélgica. Otras ciudades europeas que han tenido
en cuenta la conservación de la naturaleza en
su planificación urbana son las ciudades alemanas
de Berlín y Bonn. En esta última se han registrado
219 especies de aves, 108 de las cuales crían en la
ciudad, lo que representa el 40% de las aves nidi-
“Los humanos se han
asentado preferentemente en
áreas con gran diversidad de
especies pero la urbanización
simplifica los hábitats y
empobrece las comunidades de
plantas y animales”
Arriba: Parque urbano /Jesús Juez.Abajo : Nido de chor-
litejo chico,
Charadrius dubius
, junto a una vía interna de
tren fuera de uso /
Antonio Rodríguez Arduengo